En los días de este verano en Innsbruck me di cuenta de que a poco más de media hora estaba el convento de las Carmelitas y me animé a dar un paseo hasta allí. Miré en Google Maps y todo parecía muy sencillo. Con lo que no contaba era con las inmensamente empinadas cuestas que me encontré ya casi desde el principio. Debería haber caído en la cuenta al ver desde el puente que cruza el Inn el carril del tranvía:
Nada más cruzar puede ver algo que me podría ayudar. Qué avanzados son en Austria, donde tienes expendedores de porros para que esas cuestas sean más llevaderas (Hanf es cáñamo):
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