Amras sería antes un pueblo; ahora está en Innsbruck. Tiene varios hoteles y casas con balcones de maderas y flores: debía de ser un lugar de veraneo. Y hay granjas, con estiércol aromando y el orgullo de los premios a sus vacas:
Aquí recuerdan a un hijo, Anton Hölzl, soldado que con 17 años, al poco de volver, murió el 12 de octubre de 1945. Hay un poema: "El suelo patrio cubre con profunda paz tu corazón joven y lleno de esperanza. Que la luz eterna de Dios te sea concedida. Ruega por nosotros en nuestro gran dolor":
De esta familia uno murió en Serbia en 1942 y otro también en Serbia una semana después y otro en Estalingrado en 1943:
Además había dentro del cementerio un monumento a los muertos en las dos guerras mundiales (en otra iglesia que visitamos solamente tenía uno de la primera guerra mundial: la segunda es un gran problema, como os podéis imaginar, pero los muertos hay que enterrarlos, hayan hecho lo que hayan hecho o estén en el bando equivocado, esa es la clave de la Antígona de Sófocles):
No hay comentarios:
Publicar un comentario