martes, 5 de septiembre de 2023

Tres semanas en Zürich 1 - Llegar

Creo que no he estado más inquieto en los últimos tiempos que con este viaje. Tenía una comezón y algo en el estómago el fin de semana anterior que no me conseguí explicar, pero quizá tenía que ver con que me parecía que no lo tenía todo controlado al llegar. Estas fueron las indicaciones que tomé para ir por transporte público desde el aeropuerto:

Coger el tranvía 10 (Bahnhofplatz/HB): 16 paradas hasta Seilbahn Rigiblick 

Allí coger el autobús 33 (Zürich, Bahnhof Tiefenbrunnen): 4 paradas hasta Toblerplatz. 

Cruzar Toblerplatz y seguir por Toblerstrasse y Neuhausstrasse hasta Ackermannstrasse.


Todo salió bien, porque tampoco era para tanto. 

El vuelo era directo, de Santiago a Zürich. Vi la ría de Betanzos claramente, cruzamos el Atlántico y toda Francia y estábamos pronto allí.

Ya en el tranvía 10 me empecé a comer un bocata que llevaba y no me di cuenta de que el aceite que le habían puesto para hacerlo más sabroso me estaba cayendo en el pantalón: tres manchas precisas, indelebles, por lo menos hasta que las lavaron. 

Llegué a la casa, la antigua Residencia de Estudiantes Fluntern, en el barrio del mismo nombre, muy bonito, lleno de árboles, con casas muy buenas, en cuesta. Más adelante me di cuenta de que podría haber llegado, dando más rodeo, con el tranvía 6, en dirección al Zoo, parando en Zürichbergstrasse, que es el recorrido que hice luego más veces y al que le acabé cogiendo: paradas como Toblerplatz, Plate, Voltasstrasse, Kirche Fluntern (lo leía el altavoz como KIR-jie Flun-TERN), así todas hasta que llegaban a Central o la Hauptbahnhof (la Estación principal). 

Ese primer día me paseé por Bahnhofstrasse, que estaba repleta de tiendas extremadamente caras. En algunas del final cruzaban bandadas de señoras de países del Próximo Oriente dispuestas a gastar a fondo sus petrodólares. Resultó que era una de las calles más caras del mundo

Acabé llegando al lago, muy bonito. 

También desde mi ventana se veía. Los días claros había grandes montañas incluso con nieve, al fondo.

3 comentarios:

  1. La etimología de Fluntern es muy curiosa: "Flebotis/Flebitis Rhein" en una escritura del s. IX, algo así como 'corriente crecida o hinchada', si entendemos la primera parte como un helenismo. Conste que hablo de memoria (fechas, exactitud de la expresión).

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