Del nombre de la comadreja, la denosiña en Galicia, ya hablé. Me comentó Antón que alguien en Burgos la llamaba mostolilla, que es un diminutivo del nombre en latín (mustela; el nombre científico es Mustela nivalis) y donde no hay nada del supuesto miedo a las comadrejas que habría hecho cambiar su nombre: en realidad se la trata con cercanía y afecto, como pasa con denosiña. Aquí comentan que el nombre en varias lenguas tiende a ser afectuoso y significa:
-‘señorita’ (donezinha o doninha en portugués, anderer en vasco, donnola en italiano),
-‘bonita’ (belette en francés, bellola en italiano, kjoenne en danés) o ‘bichito bonito’ (Schöntierlein en el dialecto alemán de Baviera).
Aquí añaden que en aragonés es paniquesa y que en asturiano (mustuliella) y catalán (mostela) se mantiene la relación con mustela, como en Burgos.
Lo fascinante desde el punto de vista lingüístico es que en lenguas diversas haya coincidencia en llamar a un animal concreto con un nombre cariñoso como el bellola italiano, piropeándolo o añadiéndole ese matiz de "chulita" (garridiña en gallego, el propio deñosina).
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