Llamaban castrapo a la lengua irremediablemente mixta de gallego y castellano que se hablaba en Galicia. Estos últimos años han intentado hacer un gallego puro a base de sacarle el castellano como si fueran costras de heridas, poniéndole tiritas de palabras portuguesas o francesas o básicamente no castellanas, lo que llaman «normalizar», porque es la «lengua propia».
Ahora resulta que el castellano es un castrapo salpicado de palabras gallegas. Mirad dos portadas del sábado de dos periódicos:
Ahora lo que vamos a tener es orzamentos, que es la palabra «rara» «gallega» para presupuestos. Oficialmente existe en gallego presupostos, pero es demasiado cercana al castellano, que es lo que se trata de evitar. Es hasta gracioso si te pones a tomártelo por lo ridículo. Ay, las lenguas puras. Todos esos que se ponen malos cuando ven una palabra en inglés en un texto castellano, esos puristas. Yo soy cada vez más partidario de las lenguas mezcladas, de ahí el éxito del inglés. En cambio el alemán se purificó tanto que ya no saben hablarlo ni los alemanes de a pie; cuando la cultura alemana dominaba, todos tenían que aprender alemán: ahora todos los académicos alemanes escriben sus investigaciones en inglés.
É unha bonita crítica. Bonita, porque quizás é compartida. Por iso tamén, é posible, que pense que é xusto e naacesario comentalo. Gracias.
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