martes, 27 de agosto de 2019

Por Italia 1 - Santa María Presso san Satiro

Un viaje así hasta queda bien que empiece con un madrugón. El taxista, un chaval que me estaba esperando puntualísimo, me pregunta, al ver el edificio del que salgo, si soy profesor y me cuenta de sus cuitas de alumno y hasta que se cambió de colegio por amor. Luego estudió para ebanista. Me habla de una amiga que se suicidó. Todo ello, a las 5:30 a.m.
A Madrid y de allí a Milán. Tras un plácido viaje, nos alargamos esperando la maleta de la cinta. Empezamos allí algunas comparaciones más o menos inconscientes entre Italia y España, siendo la cosa que en Italia me sentí no exactamente en casa, pero sí a gusto, en un sitio familiar que tiene cosas curiosas como que «vías de tren» se diga «binari».
Es por la tarde y estamos paseando por Milán, una ciudad de grandísimo nivel, que me gustó un montón. Yo ahora la asocio a señoras de faldas vaporosas o en rebullón, pasando en bici por Via Torino, que era por donde fuimos a Santa Maria Presso san Satiro.
Es una iglesia donde íbamos a ver la obra de Bramante, sobre todo en la cabecera, que tiene una pared lisa pero puesta con perspectiva para que parezca un ábside a la clásica: ingenioso pero también muy bonito.
Cuando llegamos había tres señores rezando el rosario. A uno le sonó el móvil y como es habitual tardó media hora en cogerlo. Luego fue la Misa, de rito ambrosiano: pequeñas diferencias como que darse la paz sea justo después de la oración de los fieles o que el kyrie se rece al final.

Pero os pongo fotos:




Creo que aquí se ve que no es una bóveda, que es una pared:


Hay un vídeo excelente que explica todo sobre la iglesia, con planos, gráficos y de todo.

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