En el último volumen de sus Diarios, Andrés Trapiello habla bien de Solzhenytsin, aunque no tanto como me parece que merece. Yo creo que tres novelas suyas, las únicas que he leído de él, son excepcionales: Un día en la vida de Iván Denísovich, El primer círculo y Pabellón de cáncer. A mí me impresionaron mucho las tres.
También vuelve a hablar de Castelao y, creo que por primera vez, le encuentra pegas, algo un poco sorprendente, porque con los escritores gallegos tiende a ser siempre extremadamente indulgente, a diferencia, por ejemplo, de los catalanes. Yo me alegro mucho, porque creo que Castelao está sobrevalorado; ahora sólo salvaría de él algunos cuadros de paisajes y algunas viñetas, las más japonesas, de los años veinte. Su última época como pintor me parece malísima, así que ni fui a la Ciudad de la Cultura a la exposición última, que tenía pinta de ser un atril de propaganda en torno a de san Castelao, más que otra cosa. Todo pagado por Feijóo con mi dinero, claro.
En realidad la posible visita la había ido retrasando, hasta este fin de semana, que era cuando acababa. Fui al CGAC este finde y fue tan deprimente (mañana lo cuento) y tardé tan poco en salir corriendo, menos de diez minutos, creo, que, por hacer algo, entré al lado, a una exposición sobre Alba de Gloria, un discurso de Castelao en Buenos Aires en 1948, que es muy celebrado por los nacionalistas. Os lo resumo: Galicia asoballada siempre por Castilla, y una vez más en la Guerra Civil, saldrá -dice el profeta Castelao- de sus cenizas. Bullshit a lo grande.
Pero leedlo, si no os dan arcadas ya al principio con ese panteísmo religioso estomagante.
También vuelve a hablar de Castelao y, creo que por primera vez, le encuentra pegas, algo un poco sorprendente, porque con los escritores gallegos tiende a ser siempre extremadamente indulgente, a diferencia, por ejemplo, de los catalanes. Yo me alegro mucho, porque creo que Castelao está sobrevalorado; ahora sólo salvaría de él algunos cuadros de paisajes y algunas viñetas, las más japonesas, de los años veinte. Su última época como pintor me parece malísima, así que ni fui a la Ciudad de la Cultura a la exposición última, que tenía pinta de ser un atril de propaganda en torno a de san Castelao, más que otra cosa. Todo pagado por Feijóo con mi dinero, claro.
En realidad la posible visita la había ido retrasando, hasta este fin de semana, que era cuando acababa. Fui al CGAC este finde y fue tan deprimente (mañana lo cuento) y tardé tan poco en salir corriendo, menos de diez minutos, creo, que, por hacer algo, entré al lado, a una exposición sobre Alba de Gloria, un discurso de Castelao en Buenos Aires en 1948, que es muy celebrado por los nacionalistas. Os lo resumo: Galicia asoballada siempre por Castilla, y una vez más en la Guerra Civil, saldrá -dice el profeta Castelao- de sus cenizas. Bullshit a lo grande.
Pero leedlo, si no os dan arcadas ya al principio con ese panteísmo religioso estomagante.
Creo que le gusta bastante Luis Pimentel, del que publicó 'Cunetas' en 1981, en esos Cuadernos de La Ventura que dirigía con Juan Manuel Bonet.
ResponderEliminarSí, habla mucho de Pimentel, también en este volumen. Cita mucho también a Risco, algo que siempre me sorprende un poco. Y a Cunqueiro, por supuesto.
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