miércoles, 16 de enero de 2019

San Juan de Ávila y girar o no en torno de Erasmo

 Desde que salió el libro de Bataillon sobre Erasmo y España (y mira que ha llovido desde entonces), la abrumadora línea de discusión ha sido ponerlo como piedra de toque de todo, como si fuera el metro de platino iridiado de la realidad.
Así que cuando leí un artículo de Melquiades Andrés* me llevé una alegría. Lo que defiende es que a san Juan de Ávila no hay que buscarle su justificación en Erasmo, al que por otro lado conocía, había leído y usaba sobre todo en su lectura de la Sagrada Escritura, aunque reconociendo en él sus idiosincrasias (por decirlo de alguna manera). Mirad este párrafo suyo:
Erasmo y Ávila son dos cristianos privilegiados, representan dos generaciones, dos geografías, dos concepciones y vivencias del humanismo, de la espiritualidad y de la reforma. Ambos hablan de oración, de propio conocimiento, de seguimiento de Cristo, de reforma, pero de modo distinto. Para uno la oración es la base; para el otro lo es el estudio. Para uno el propio conocimiento es la gran aportación del oráculo de Delfos; el otro basamenta su espiritualidad en la oración de propio conocimiento. Acaso en otros no aparezca tan clara la distinción entre humanismo erasmista y cristianismo humanista teológico español como en el cotejo de estos dos maestros (173).
Yo he estudiado las veces que cita a Erasmo (estoy trabajando en terminar un artículo sobre ello) y son unas cuantas, siempre de exégesis de la Sagrada Escritura. Es decir, que si hay alguien relacionado con Erasmo ese es san Juan de Ávila (dice Andrés: “Acaso ningún autor espiritual de la época cita más y más laudablemente a Erasmo que Juan de Ávila y ningún místico esté más en las antípodas del autor del Enchiridium”), pero una cosa es leerlo con interés y otra atribuirle a Erasmo todo lo bueno que tuviera nuestro santo, que le daba mil vueltas no en erudición, pero sí en santidad en todos los aspectos (especialmente en humildad y amor a Cristo) y (me atrevo a decir) no tenía que mirarle para arriba a la hora de escribir.
Me gustó este párrafo del final:
[Ávila] se había formado en el estudio de las “bellae litterae” en la Salamanca de Nebrija; participó en las bodas entre humanismo y teología en Alcalá; vivió el nuevo método teológico cisneriano de las tres vías y se entregó al ideal de retorno a la Iglesia primitiva, característico de los misioneros de la Nueva España. Siembra el ideal de hombre nuevo e Iglesia nueva, basado no sólo en el creer intelectual, sino [en la] fe viva, sacramentos y obras, en la Andalucía profunda de colmeneros y cabreros de Sierra Morena, mineros azogados de Almadén, atuneros del Mediterráneo, cortijeros cordobeses, enfermos, universitarios, nobles, religiosos, sacerdotes, seglares. Había cursado teología con Juan de Medina, titular de la cátedra de nominales, y es uno de los pocos místicos formados como Lutero en ese sistema y, además, no teme recomendarlo. Pertenece a la generación anterior a la llegada a la cátedra de Biblia de Cipriano de la Huerga, maestro de los grandes biblistas españoles de la segunda mitad del siglo XVI (192-193).
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*Andrés Martín, M. "Erasmo (1466-1536) y Juan de Ávila (1500-1569), en torno a su humanismo y espiritualidad" en El Maestro Ávila. Actas del Congreso Internacional, Madrid, 27-30 de noviembre de 2000. Madrid: Edice, 2002, 171-194

8 comentarios:

  1. "... el otro basamenta su espiritualidad..." ¿Basamentar? ¿Melquiades Andrés es sudamericano? ¿O está plagiando-traduciendo de otra lengua?

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  2. Bueno, tampoco pasa nada por usar la palabra "basamentar". Todo el mundo puede ponerse un poco barroco de vez en cuando.

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    1. Yo no encuentro la palabra ni en el DRAE ni en otros diccionarios. ¿Es una palabra antigua?

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  3. Por cierto, a propósito de comentarios, ¿sabe usted si nuestro amigo Enrique García Máiquez ha suprimido los comentarios de su blog "Rayos y truenos"? Yo he dejado dos últimamente y ninguno ha sido publicado. Y como hace semanas, si no meses, que no veo ninguno, me pregunto si ha renunciado a ellos.

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    1. Mil gracias por tu amable pregunta. Y por el diligente aviso de Ángel. Qué despiste.

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  4. Seguramente le ha pasado como a mí, que el sistema dejó de mandar durante un tiempo avisos de nuevos comentarios y yo me los encontré todos juntos. Le avisaré para que lo revise.

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  5. Sobre el fondo del asunto, si San Juan de Ávila fue erasmista, hay bastante información interesante disponible en internet:

    ¿Fue erasmista san juan de Ávila? - Dialnet
    https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3914478.pdf

    San Juan de Ávila ¿Erasmista?
    http://protestantedigital.com/magacin/45380/San_Juan_de_Avila_Erasmista

    ¿Erasmismo o teología española del siglo XVI?
    https://cvc.cervantes.es/literatura/cervantistas/coloquios/cl_2005/cl_2005_18.pdf

    La oración del sacerdote en San Juan de Ávila
    https://repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/141419/retrieve

    https://www.researchgate.net/publication/301485021_San_Juan_de_Avila_maestro_para_todo_el_pueblo

    https://www.researchgate.net/publication/301485030_Tiempos_y_vivencias_de_San_Juan_de_Avila_Salamanca_Alcala_Sevilla

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  6. En parte, mi comentario es una reacción a la primera referencia, el artículo de Martín Hernández, tan flojo y tan en esa línea de sumisión a Erasmo, convertido en un dios intocable.
    Es como hacer chorizos para pasar patente de humanismo: se compara con Erasmo, atribuyéndoselo todo a Erasmo, como si en la España de la época fueran todos unos tarugos. Hace falta la amplitud de miras de Melquiades Andrés, que conoce la teología y la espiritualidad españolas de la época para salir de esa trampa tan ridícula.

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