Estoy fuerísima

Me gusta mucho esa expresión de «estoy fuerísima» y quería usarla aquí hace ya tiempo. Ayer caí en la cuenta de que la frasecita retrata perfectamente mi situación actual. No sólo eso, es que ya estaba fuerísima hace bastante años: nunca tuve la más mínima simpatía por la ley de violencia de género, pero ahora veo que era de los poquitos que estaba en contra, porque resulta que todos ahora están a favor, no sólo los del ala izquierda (se les supone), sino, por ejemplo, la inmensa mayoría de los columnistas de ABC y El Mundo (y hasta algunos de Libertad Digital) resulta que en realidad no estaban tan en contra. Yo he vivido, en mi ingenuidad, engañado todos estos años. Lo mismo me pasó respecto al aborto. No eran sólo Rajoy y Soraya, era todo el establishment. Esto debe de ser «ser de provincias»: que te crees como ciertas algunas proclamas de las que en realidad se han estado burlando siempre los que estaban metidos en el cogollito.

Vale. Estos días he estado disfrutando mucho de conversaciones como esta:



Yo sólo conocía a Peterson de aquella entrevista en Gran Bretaña que enlacé aquí hace unos meses. Su libro no lo he leído ni tengo mucha intención de leerlo, la verdad, pero una discusión como esta, comparada con el «debate de ideas» que hay ahora en España, es una maravilla poder oírla. Luego he buscado a los participantes y me he encontrado con que son de la «Intellectual Dark Web». Ya digo, estoy fuerísima.

Y queridos amigos a los que prometí carguetes virtuales en Andalucía: si Ciudadanos no me da opciones, os tendréis que esperar un tiempo a que demos la vuelta a la tortilla: va a ser una larga travesía por el desierto.