En el viaje de ida me perdí el paisaje que me más me interesaba, por culpa de la niebla, desde León hasta casi Burgos. Mientras, oía In our time, primero un programa dedicado a Decadencia y caída, la primera novela de Waugh, y después otro interesantísimo sobre la destrucción de los monasterios.
Al día siguiente pudimos ver algo, pero al llegar a Villasandino nos vimos otra vez en la niebla. Es un pueblo por el que pasamos mil veces de pequeños y que no visitamos (creo) nunca, hasta esta vez, cuando por fin hicimos idea de ello. Tiene dos iglesias impresionantes. Visitamos la de la Asunción; la otra, la del Carmen, sólo la entrevimos entre la niebla.
Mi hermana había llamado antes. Nos esperaba una señora en la puerta, muy maja. Luego hasta se puso a tocar el órgano. Era una iglesia monumental, muy airosa, con columnas finas y bóvedas de crucería, formando unas naves muy espaciosas.
A la señora le gustaba mucho el retablo central, recién restaurado, de un dorado excelente, pero de un barroco muy tardío, ya de caída. En cambio, yo me paré en uno lateral, del XV, que atribuyen a Jorge Inglés, nada menos.
Pongo primero fotos de detalles de Carlos Palacios en wikimedia:
Y estas son las fotos mías. Como veís, las tablas fueron reutilizadas en un retablo barroco:
En la iglesia tenían también unas lápidas en recuerdo de Alfonso Álvarez de Villasandino, el poeta del siglo XV que merece un elogio tremendo, el haber sido el primero en celebrar en verso a la Inmaculada:
Al día siguiente pudimos ver algo, pero al llegar a Villasandino nos vimos otra vez en la niebla. Es un pueblo por el que pasamos mil veces de pequeños y que no visitamos (creo) nunca, hasta esta vez, cuando por fin hicimos idea de ello. Tiene dos iglesias impresionantes. Visitamos la de la Asunción; la otra, la del Carmen, sólo la entrevimos entre la niebla.
Mi hermana había llamado antes. Nos esperaba una señora en la puerta, muy maja. Luego hasta se puso a tocar el órgano. Era una iglesia monumental, muy airosa, con columnas finas y bóvedas de crucería, formando unas naves muy espaciosas.
A la señora le gustaba mucho el retablo central, recién restaurado, de un dorado excelente, pero de un barroco muy tardío, ya de caída. En cambio, yo me paré en uno lateral, del XV, que atribuyen a Jorge Inglés, nada menos.
Pongo primero fotos de detalles de Carlos Palacios en wikimedia:
Y estas son las fotos mías. Como veís, las tablas fueron reutilizadas en un retablo barroco:
En la iglesia tenían también unas lápidas en recuerdo de Alfonso Álvarez de Villasandino, el poeta del siglo XV que merece un elogio tremendo, el haber sido el primero en celebrar en verso a la Inmaculada:
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