lunes, 31 de diciembre de 2018

Alubias blancas y pintas

En Burgos fuimos a un mercado al aire libre: al sol se estaba muy bien, pero te ponías en la sombra y te congelabas. Yo miraba las cosas como recién caído de Marte, los cardos, las lombardas, las berzas asa de cántaro.

La gente preguntaba en los puestos por los precios con esta frase fascinante: «¿A cómo son?»

Hasta que di con estas alubias, sobre todo las pintas que no son muy habituales por Galicia. Y ahora es el momento de hacer el elogio de cómo las cocina mi madre. Y de las que nos hacía de pequeños, a veces con arroz y un trozo de chorizo, ay.


Yo ahora me acuerdo de ellas y de lo que contaba Enrique G.-M. de la costumbre de los antiguos de marcar un día con una piedra blanca o negra, que podríamos cambiar por alubias blancas o pintas. Este 2018 se nos acaba y yo no sé qué color ha tenido: estoy muy agradecido de tantas cosas buenas y creo que no ha habido ningún día malo. Termino el año además con estos días de sol preciosos, como los que he tenido en Burgos, admirando el campo invernal (con permiso a veces de la niebla).

Un 2019 muy venturoso os deseo a todos.

4 comentarios:

  1. Muy buenas pintas, en varios y diversos sentidos. Ojalá 2019 sea un año memorable, para bien, claro.

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  2. Curioso; las [judías; en casa de mis abuelos todo eran "judías", las que se comían como vaina verde y las semillas del caldo] pintas son las únicas que veía yo en casa...
    Gracias por un año más de blog, Ángel; feliz 2019.

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