sábado, 1 de julio de 2017

Sevilla 6

Ya había renunciado al Museo de Bellas Artes y lo había dejado para mi próxima visita, que se me está convirtiendo en mítica, de tan deseada. Casi también la Catedral, pero el domingo, justo antes de salir en el avión, pude ir a Misa a la Capilla Real y de paso echarle un vistazo al edificio, como preparando el terreno para cuando pueda volver.

Por fuera la Giralda se lleva el protagonismo, con razón, pero hay puertas muy bonitas, para dar y tomar. Nos fijamos en una con imágenes de terracota, de Mercadante de Bretaña.
Por dentro es una Catedral tremendísima: asusta, admira y enamora. Y tiene eso que ya sólo es normal en Sevilla: un retablo con un cuadro enorme de Murillo, otro con zurbaranes, una capilla con el Cristo de la Clemencia de Martínez Montañés y una Virgen suya en otra capilla, que la llaman «la cieguecita», pura delicadeza.

Y luego está el retablo mayor, madre mía qué retablo:


[de wikimedia]

En la Capilla Real había unos ventiladores excelentes. He leído que por entre los constructores aparece mencionado Gil de Hontañón, que es como de la familia, porque trabajó también por Castrojeriz:


[foto de Pepe Becerra]

Allí pensé que ése era unos de los centros de España. Ya estaría bien que nos dejásemos de polaridades cansinas Madrid-Barcelona y nos sostuviéramos en una red en la que España tendría mejor apoyo, formada también por la Catedral de Santiago, esta Capilla Real, la de Granada, el Escorial, el Pilar, las Universidades de Salamanca y Alcalá, la Catedral de Burgos, san Juan de la Peña y Covadonga, los molinos de La Mancha y más cosas que me olvido.
Yo allí le recé a san Fernando: a ver si hace algo, que falta nos hace.

Buscando fotos para poner aquí, he entrevisto algo de la inmensidad de esta Catedral que me parece que necesita mucho tiempo para verse como merece. Inmensas ganas tengo de poder verla despacio.

Aquí os dejo esta lápida que vi cerca de la de Hernando Colón:


Cinere umbra opprobrio nihilo inanior ac vilior ego etiam non ego Marcelus de Castrillo Canonicus Hispalensis. Obiit die 26 Aug. ann. 1676. Aetatis suae 49 [ Aquí, una transcripción con traducción. Pero hay una variante más compleja, para liarlo todo todavía más]
Más vano y vil que la ceniza, la sombra, el oprobio y la nada soy yo. Pero hasta ni yo, Marcelo de Castrillo, canónigo hispalense. Murió el 26 de agosto de 1676, con 49 años.

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