lunes, 12 de septiembre de 2016

Pero todavía antes de hablar de Viena, Bruselas 3 (Tonteando con el XIX)

Lo-que-hoy-es-Bélgica le gana -pero vamos, por millones de goleadas- en artistas a lo-que-es-hoy-Austria, pero los museos que visité de Viena le dan mil millones de vueltas a los de Bruselas.
Fue una triste sorpresa ver en qué triste estado están los Museos Reales, el de Pintura y el de Historia. Parecían como de Bulgaria en los setenta. El de Pintura tenía bastantes cuadros quitados, muchos por ¡goteras! otros por préstamos. En el de Historia había vitrinas enteras o vacías o sin un triste cartel.
Por centrarnos en la pintura, si queréis ver arte flamenco, mejor id al Prado, o a la National Gallery.

Entrabas y veías bodegones, pero de los de ricachón (con ostras o langostas) y no especialmente logrados. Buena parte del Museo la ocupaba la donación de un tipo que regaló cuadros de segunda-casi-de-primera (mucho Jan Brueghel o segundones así de los grandes). Y luego estaban los grandes, pero no sé, algo les faltaba a casi todos aquellos cuadros.

Así que lo curioso es que me acuerde primero de la pintura del XIX: una sala para Jacques-Louis David, su discípulo Lanez y un cuadro de Ingres que me impresionó.

A David yo lo tenía entre los meh, por su entusiasmo revolucionario, pero el hecho es que la última parte de su vida la pasó exiliado en Bruselas. Allí tenían un gran cuadro de tema clásico-burgués de Marte y Venus (con ninfas de portada de lata de membrillo), dos retratos buenísimos, especialmente este:


Pero sobre todo el impresionante cuadro de la muerte de Marat. En directo era muy bueno también. Impresionaba la posición del muerto, el espacio del fondo, la vividez de la caja de madera, la firma de David y la dedicatoria, también la calidad de las telas.



La paz de la cara, en realidad:


La sangre en la tina:


La dedicatoria en una caja puesta en vertical que replica la caja mortuoria en que se ha convertido la bañera-cama:




Discípulo suyo fue François-Joseph Navez. Me gustó mucho lo suyo, por ejemplo un retrato de familia o el tema bíblico de Agar e Ismael. También era un retratista excelente, por ejemplo de sí mismo:



Muy logrado el pañuelo-corbata:



Y tenían un cuadro de Ingres, que me impresionó sobre todo por lo que me pareció que ha influido en tantas cosas del siglo XX. Aparece Augusto oyendo a Virgilio recitar la Eneida, en concreto el pasaje en que se menciona a Marcelo (tu Marcellus eris) que hace que su hija Octavia se desmaye:






1 comentario:

  1. La muerte de Marat es un gran cuadro, no obstante ser todo él pura propaganda, logrando santificar al personaje probablemente más despreciable de toda la Revolución Francesa.

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