Estuve en un Congreso sobre oráculos. No, no os riáis, que la cosa es seria: un oráculo es cuando Dios se comunica con el hombre. Así que si pensáis que Dios no existe y por tanto no habla, os respeto y tal y cual, pero yo sólo digo que el salmista (Dios habla por él) afirma que sois unos necios (lo digo de buen rollo, eh).
Este Congreso era en realidad sobre cuando los dioses hablan, cosas en la que supongo que estoy de acuerdo con vosotros en que no hay una base real sobre la que trabajar (los dioses griegos no existen y por lo tanto no hablan), pero al menos es importante ver cómo se lo planteaba la gente en sitios importantes para nosotros, como lo es Grecia y en concreto la zona asiática y en concreto en la época en que el cristianismo se extiende por allí.
Yo hablé de reproches en los oráculos de época tardía, tema original como pocos. Era la continuación de un artículo sobre lo mismo en Delfos en épocas anteriores (aquí lo tenéis, si gustáis).
Lo teníamos en la ULB, la Universidad Libre (libre de lo clerical, that is) de Bruselas. Estuvo muy bien, mucha gente interesante.
Fue también como quitarme una espina: hace 25 años (glup) participé allí mismo en un Congreso, en el que hablé sobre la introducción del culto de Cibeles en Atenas y en francés. Yo pensaba que nadie me había entendido (tan mala fue mi pronunciación), pero resultó que justo sobre ese tema acababa de terminar su tesis una señora que me dio un buen repaso, a mí, pobre doctorando bisoño. La cosa acaba bien, porque aprendí de ello y el artículo publicado mejoró mucho.
Esta vez hablé en inglés, más tranquilo, aunque espero que nadie me haya grabado, porque sería la risa oír como lo pronuncié, como Ana Botella, la pobre.
Los congresos académicos son por lo general eventos de lo más disparatados, y tus crónicas de los mismos (recuerdo el de Galdós...), aunque sean despachadas con brevedad, son siempre una gozada. Ojalá te extendieras más, o te contratase alguien como "periodista de congresos"...
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