viernes, 1 de abril de 2016

Un win-win o un blessing in disguise si queréis

[Actualización (una hora después): tengo amigos que viven cerca, así que queda anulada esta propuesta, porque yo lo digo, ea]

Estuve leyendo el último libro publicado de Rémi Brague, A dónde va la historia, Dilemas y esperanzas (Encuentro, 2016), esta vez una entrevista de 140 páginas, que se me hizo demasiado breve. Qué bien siempre Brague: es tremendo. Ya contaré más de este libro.

Lo que se me ha ocurrido ha sido al hilo de una pregunta sobre arte e iconoclastia en la que habla de la Sagrada Familia de Gaudí (¿he dicho ya aquí que a mí no me gusta?) sin condenarla explícitamente. A mí de primeras hasta me pareció que la alababa. Releyendo el texto ahora me parece que simplemente dice que se ¿cruzan / conjuntan? en ella el seny y la rauxa, cualidades típicas catalanas (ya, suena todo un poco a BS, aquí Rémi meh), aunque yo me agarro al clavo ardiente de que no diga explícitamente que le gusta.

Esta es mi idea: puesto que cada vez que hay un ataque islamista se multiplican los policías en torno a nuestra Catedral, lo que propongo es que convirtamos el bodrio de Gaudí en el símbolo antiislamista por excelencia. Así, si acaban poniendo una bomba, que sea allí. Superado el palo inicial, podrían seguir recaudando para la reconstrucción una millonada como ahora (bueno, todavía más) a trillones de japoneses que pagan por verlo. Fijaos: la Sagrada Familía cien años más en construcción, una perfecta bendición oculta («blessing in disguise»).

Qué, a qué es buena idea: un win-win clarísimo. Sería un palo que hubiera una bomba, pero no se cargarían nuestra Catedral de Santiago, que esa sí que es irreemplazable.

4 comentarios:

  1. Querido Ángel, ya te gustará, como Proust o la arquitectura brutalista. Mejor no dar ideas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Un ataque islamista un win-win... vaya. Casi mejor no la miras si alguna vez tienes que pasar por delante.

    ResponderEliminar
  3. Ese cinismo impostado no te favorece nada.

    ResponderEliminar
  4. Sí, cuando lo escribí me pareció que no lograba que tuviera gracia. Luego pensé si borrarlo. A ver qué decido en unos días.

    ResponderEliminar