jueves, 16 de julio de 2015

Rosquillas

Yo no soy muy de fiestas. «En la fiesta nacional, / yo me quedo en la cama igual», cantaba Paco Ibáñez cantando a Brassens. Yo no me quedo en la cama, pero de fiesta no voy: ni aguafiestas ni fiestero. Ante lo político, incluso en su lado más «alegre», la huida.

Ayer nos atronaron con foguetes a las 11 de la noche.



Hoy, a la puerta del convento de nuestras vecinas, por la fiesta del Carmen, los tradicionales puestos de rosquillas. Las rosquillas deben de tener una identidad y una autenticidad que se me escapan. No consigo comprender por qué las siguen comprando a pesar de ser rocosas, duras, secas y desgraciadas.

Venga, contribuyamos a mantener el mito valle-inclanesco. Exvotos de cera:

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