jueves, 9 de enero de 2014

Golf y dólmenes

Nos volvíamos de Medina de Pomar con cierta sensación de timo y había al poco un cartel en la carretera de «Iglesia Románica» y allí que nos metimos: era Villarías, una casa nobiliaria y una iglesita donde han hecho una urbanización y un campo de golf (es una zona muy de veraneo de "los de Bilbao"; está a una hora). Daba ganas de coger los palos y jugar unos hoyos con aquel hermosísimo día fresco pero con sol brillante.
Más adelante había una indicación al "dolmen la Cotorrita". Poca cosa comparada con los grandes dólmenes gallegos: quedaba solo una cámara con una galería de entrada, pero qué agradable fue el paseo:




Qué bonito estaba el campo, sí:



Y nos volvimos a Burgos, que mi madre nos esperaba con su sabrosísima comida preparada.

2 comentarios:

  1. Esas ganas de jugar al golf en el día fresco y azul son lo mejor que tiene el golf. De manera que en lo referente al placer, ya eres un golfista consumado.

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  2. Y con el tiempo, cada vez nos irá gustando más el golf...

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