lunes, 3 de diciembre de 2012

Un paso atrás


Ya había leído el prólogo hace días -excelente- y algunos de los artículos (que ya conocía, pero me gustaron lo mismo), pero ayer -qué deleitosa tarde de sillón de domingo de otoño- me lo acabé en un suspiro (de alegría).
En Un paso atrás, Enrique ha reunido artículos bien alejados de las preocupaciones del día.

Un paso adelante lo dan los que otean el progreso (Stalin, por ejemplo). Los regres (©Pedrete) entrevemos que allá delante -en el peor de los casos- podría estar el precipicio. Las personas de bien dan un paso atrás para coger impulso. Se puede dar un paso atrás para ver dónde está la buena dirección, o para afianzarse en lo que decir. O para dejar espacio.
En la era instantánea, obsesionados por hacerlo todo siempre más rápido, atemorizados ante el paralizante aburrimiento ¿qué inconveniente hay en que la vida vaya lanzada? Lo malo, me dirán, es que se vaya. Lo malo -diré- será según adónde, pues si corre hacia un final feliz, qué pasa. Pero dejemos el final feliz (por ahora) en el limbo. No me quiero poner muy místico, que luego me riñen (55-56).
Y recorre el libro la alegría como ascesis que lleva a la alegría en la rutina de lo cotidiano: "tengamos el coraje de estar alegres siempre" (97: qué excelente artículo).

Y en la tarde de otoño dominical, qué placer esa exhortación a la alegría. Y la alegría de ver otro libro redondo de un amigo.

2 comentarios:

  1. Qué buen libro. Yo me voy por la mitad. Me ha hecho especial ilusión pues el otro día Enrique tuvo el detallazo de dedicarmelo personalmente en Sevilla. Seguiremos disfrutando.

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  2. A mí también me ha hecho especial ilusión, naturalmente. "Un suspiro (de alegría)", no podría esperar mejor reacción. Gracias mil.

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