La catedral de Uppsala tiene, como muchas iglesias suecas, altísimas torres; pero a diferencia de la mayoría además tiene naves airosas (los suecos el gótico no lo acabaron de pillar, y ahí se pararon, hasta el XIX). [actualización 30.08.12: he visto que en realidad fue rehecha en el XIX en estilo neogótico: ah, por eso era esbelta]
Es un edificio importante, donde está enterrada gente importante, buena y mala.
Entre los malos, mi más malo es Gustavo Vasa, el rey que como un Enrique VIII -pero sin disculpas de amores- convertió la Iglesia en su cortijo (y también Suecia, parece).
Ahí lo tenéis, enterrado en la que fue capilla de la Virgen, con gran barba y una de sus tres mujeres al lado (otra está al otro lado: es una tumba sincrónicamente poligámica, por así decirlo).
[vía]
Y todavía tiene el rostro de poner esta inscripción de consejos vendo:
Recuerda las realidades últimas y no pecarás eternamente (ja)
Y el otro malo: Swedenborg, aquel que hizo que se volvieran tarumbas todos los escritores visionarios desde él hasta la actualidad. Qué daño ha hecho el tal Swedenborg con sus misticismos teosóficos, por ejemplo, sin ir más lejos, en Borges.
Pero menos mal que también había buenos:
Sobre todo, los restos de san Erik.
Y una reina polaca: Catalina Jagellónica (católica, ay).
Y allí está enterrado Linneo y allí se recuerda a Celsius (que está enterrado en otra iglesia que vimos, de la Uppsala originaria).
Puede ser que lo de "Memorare" se lo pusieran cuando él ya estaba muerto. A veces nos morimos y nos ponen cosas.
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