La iglesia de Engelbrekt la acabó Lars Israel Wahlman en 1914, formando parte [aquí foto de época] del proyecto urbanístico de Larkstaden, al norte de Estocolmo: arts and crafts, 'tradición sueca', romanticismo, estirar la tradición de la arquitectura pero sin romperla, pocos años antes de que todo saltara por los aires. Es de una altura asombrosa, estirando los tejados y cubriéndolos de placas metálicas al ritmo de las exigencias de la nieve. A la vez hay un amor a los detalles admirable [muchos en esta grandiosa galería de fotos y muchos otros en esta otra].
Por dentro eran blancas las paredes [¿restos de la iconoclastia luterana convertida en tradición?], pero con unos grandiosos frescos en la cabecera: Cristo crucificado en el centro y adorado por ángeles y hombres y en los laterales Adán y Eva antes y después de la caída:
La pintura central:
Admirable. [Más fotos aquí y más fotos aquí]
Angel, me está fascinando tu viaje (ya nuestro, de todos tus seguidores) a Suecia.
ResponderEliminarEsta iglesia es impresionante. Te doy la razón, es verdad, parafraseando a V. LLosa, ¿cuando se jodió todo en el Perú? o en la arquitectura o el arte...
Las pinturas son maravillosas. Por otra parte, no deja de tener el estilo sus concomitancias con ese Gaudí que tú a veces denuestas.
Pues vas a tener tiempo de hartarte de cosas suecas, porque me da que voy a tener para bastante tiempo con esto, que me está divirtiendo mucho contar, por otro lado.
ResponderEliminarCon lo de Gaudí pones el dedo en la llaga: le estuve dando vueltas justo a eso y eso justamente es lo que hace que mire todo ese tipo de arte con prevención: es, cuando está mejor, un arte a punto de morir y eso se nota. Pero seguiré hablando de ello a propósito de otros edificios que vi por Estocolmo.