Un buen amigo (no lo conocía, pero sí) me llevó el primer día completo en Barcelona por un recorrido de calles estrechas: la iglesia de santa Ana (qué cimborrio; y la imagen de esos días podría haber sido el claustro con una cúpula de árboles, sobre todo naranjos a reventar y todo de un verde brillante por la lluvia), la impresionantemente bien conservada via sepulcral romana en la plaza de Madrid, la plaza del Rey (el salón del Tinell, las excavaciones romanas bajo el Museo de Historia de Barcelona: lápidas reutilizadas, altas murallas: qué gran ciudad romana debió de ser Barcino), la placita de san Felipe Neri (esa portada mordisqueada y los niños del colegio), el templo de Augusto en el Círculo Excursionista, la calle judía, el monumento a los muertos de la Guerra de la Independencia, el patio claro del Archivo de la Corona de Aragón, la maravillosa iglesia de sant Pau del Camp. Y pasear por el Raval entre pakistaníes.
Y mientras, hablábamos de Trasímaco en la República de Platón (y me apunté como lectura urgente el Clitofonte), y de Strauss, Donoso Cortés, Kant y la moral (y cuando se apuntó que su criado le trataba mal, para recordarlo, ya muy anciano), y de la diosa tracia Bendis y de Calvino y quid sit Deus. Me apunté que en la Aurora Nietsche ya había dicho lo de leer despacio.
Salí muy reanimado, habiendo descubierto una Barcelona sobria de colores cálidos entre la lluvia y con muchas ganas de seguir con mis pinitos en esos procelosos mares de la filosofía, tirándome a la piscina, como Sócrates dice en la República.
domingo, 1 de abril de 2012
Otra Barcelona
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Felicidades por tan buen amigo y por ese bello recorrido por Barcelona y las lecturas de clásicos y pensadores tan queridos. No menciona Vd. el soberbio techo de madera que puede contemplarse en el "claro Patio del Archivo de la Corona". Hay que desplazarse conform se entra hacia la izquierda. A muchos se les pasa espero que no a Vds. Yo hubiese añadido tres patios más; El del Arcediano, frente a la Catedral antigua, ll del Hospital de la Santa Cruz donde está la Biblioteca de Catalunya y el del Institut d'Estudis Catalans,oir el que hace años se accedía a la Biblioteca entonces llamada Central, ya de paso, frete a la entrada, a la Academia de Mey dicina, también digna de verse. Añadiría Santa María del Mar Gran acierto lo de Sanr Felip Neri y la zona a que da acceso, deliciosamente "escondida". Si, ya se que no hay tiempo para todo pero... hubiese podido sacarlo del empleado con los pakistanies y sus cutres negocios y salir ganando con el cambio.(jaja)
ResponderEliminarQuien tiene un amigo, tiene un tesoro y si ademñás es inteligente y sensible, como en su caso más. Le felicito por ello.
Muchas gracias, Román, por las sugerencias: no, no vimos esos patios ni el techo del Archivo, pero quedó mucho por ver en Barcelona: la próxima vez, que espero que sea pronto, intentaré verlos.
ResponderEliminarTen cuidado con tus pinitos en el campo de la filosofía... hay quien dice que esta siempre es impiedad.
ResponderEliminarNo te preocupes, Jaime: la filosofía me ha llevado siempre a Dios; para mí es la pereza el peligro.
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