Qué ganas tenía de conocer el Museo Marés.
El tal Marés fue un escultor que murió en 1991 y que reunió una colección heteróclita, extraña y exquisita (por decir tres adjetivos mal dichos).
La parte de escultura es una delicia (bueno, si lo que a uno le gusta es ver imágenes de vírgenes y de cristos y de santos; si lo que quieres es Tàpies, Miró y Gaudí, no).
Resultó que cerraban a las siete, así que tuve solo 40 minutos (pero el domingo volví y me resarcí) y vi solo parte de la escultura clásica y medieval.
Gratis (carnet de profesor), fresco (entre frío y lluvia), gente amable, un patio con naranjos, poder hacer fotos (sin flash): qué más se puede pedir.
De aperitivo, una pieza de época constantiniana y otra románica:
-Este sarcófago cristiano de Toledo:
[resurrección de Lázaro / sacrificio de Abraham / los panes y los peces (...)
[ ¿orante/difunto? / Adán y Eva / Los Reyes Magos con gorro frigio]
-Y otra románica, de sant Pere de Rodas, en Gerona:
Mirad qué peces:
Qué buena pinta... Mil gracias: no tenía ni idea de la existencia de ese museo.
ResponderEliminarAnónimo, no puedo publicar tu comentario.
ResponderEliminarYo me limito a decir en mi blog los datos. No admitiré acusaciones que no estén basadas en datos.
Me he molestado en buscar en google y lo que he encontrado con el nombre que me has dado es una especie de mito general del expolio de Castilla que es una mezcla de datos aislados, generalizaciones, echarle la culpa al de fuera y jugar a víctimas.
Me gustaría recibir información rigurosa sobre el tema (especialmente si se trata de cuestiones criminales); no me valen libros titulados "Lo que se llevaron de Castilla" o similares. Ya tengo bastante de ese tipo de relatos de creación de identidades perseguidas como para querer leer nada más.