Pensaba yo hasta hace poco que lo de las guitarras en Misa era de los sesenta-setenta, pero qué va, que ya lo hacían en Túnez a finales del XVI, como cuenta el padre Gracián de cuando estuvo preso allí.
No tiene desperdicio:
Cirilo: -Pues ¡válgame Dios! ¿Consienten allá que les digan misa?
Anastasio: -Sí, y con tanto gusto, que cuando se trataba de mi rescate, decía el Bajá, mi patrón: no quiero dar por ningún dinero a mi Papaz [=Obispo; el turco pensaba que Gracián era un pez gordo], que me hace buenos mis cristianos. Esto decía él porque les predicaba cada noche después de recogidos y haber cenado, sentado en un barril de galera por púlpito, a la puerta de nuestra iglesia donde se oía en todo el baño, y también a esta hora celebrábamos nuestras vísperas con mucha música de guitarras y semejantes instrumentos cantando todos los cristianos a bulto, sin que se curase mucho de punto; y como cada vez que yo predicaba decía mal de Mahoma y de su secta para sustentar en la fe algunos cristianos flacos que estaban para renegar, un turco guardián (que algunos se quedaban dentro del baño) se fue al Bajá, quejándose que el Papaz decía mal de su santo Nebi Mahoma: al cual el Bajá reprendió mucho diciendo: perro, quién te mete a ti en oír lo que el Papaz predica? ¿Quieres por ventura hacerte cristiano? Déjalos, ¿no están de su puerta dentro? ¿Quieres que digan bien de Mahoma? (Peregrinación de Anastasio p. 95)
Efectivamente, no tiene desperdicio. Yo también hubiese puesto en negritas: "sin que se curase mucho de punto", pero supongo que no querías hacer sangre. Y vaya contestación del Bajá, qué ejemplo.
ResponderEliminarToda la razón, Enrique: negritas puestas.
ResponderEliminarY qué emocionantes debían de ser aquellas Misas con guitarras -no había nada mejor a mano- y prisioneros que cantaban a bulto -no tenían nada mejor que sus voces.
No quisiera parecer malvado, pero ¿alguien se imagina por el mismo tiempo a una congregación de mahometanos celebrando sus ritos en nuestra amada España, hablando mal de las Autoridades religiosas cristianas del caso, y recibiendo de los muy amables inquisidores o semejantes una respuesta parecida a la del Bajá? Yo reconozco que ni de lejos tengo tanta imaginación. Claro que ellos eran los malos, digo los relativistas, digo..., ya no sé ni lo que digo. Perdón.
ResponderEliminarBueno, gatoflauta, es que ese Bajá era un tanto... especial. Porque, sin querer ser mala yo tampoco, no me imagino a muchos musulmanes dejando correr los maldecires contra Mahoma.
ResponderEliminarBremaneur casaca cocomiz...
ResponderEliminarLo sé, lo sé, amiga Adaldrida, lo sé. Es sólo que me gusta el papel de quien mira el otro lado de las cosas...,, papel tan necesario, creo, como poco apreciado. Qué le vamos a hacer. (Señalo, para seguir haciendo el malo, que en el texto con que nos obsequia Ángel -gracias-, el Anastasio o Gracián en cuestión no parece sorprenderse ni de lejos lo que debería ante semejante muestra de tolerancia. Y eso que, comparada con cómo se las gastaban por aquí los calzados, y hasta los descalzos, de su propia orden, el asunto era para sorprenderse de veras).
ResponderEliminarComentario a lo youtube:
ResponderEliminar"pulgar arriba si tú también piensas que en esta historia Gatoflauta (el-que-mira-el-otro lado-de-las-cosas") sería el moro que va a chivarse al Bajá"
No me cabe duda de que Gatoflauta le iría -como está demostrando en sus "notas"- al Bajá no sólo con las graves ofensas al profeta ("porque, claro, estos cristianos no disienten, atacan, señor Bajá, qué falta de respeto por nuestras respetables creencias, que pueden no compartir, pero no tienen por qué atacar, bla bla bla"), sino que además le llenaría la cabeza con estos apuntes suyos: "Señor Bajá, que estos españoles son unos salvajes... que no hay reciprocidad... que las "autoridades religiosas cristianas" (tócate las pelotas con el término acuñado) por mucho menos que esto que le cuento te queman..."
Tampoco me cabe duda de que la respuesta del Bajá le mojaría la oreja.
Amable don Gatoflauta: En eso de mirar al otro lado de las cosas don Gracián era un lince. Por eso se entendió con el Bajá que -al parecer- tampoco era romo.
ResponderEliminarComo de costumbre, la inteligencia de marinero ha caido en una trampa tendida por su inconsciente obcecado, y no se ha enterado del contexto del caso. El paralelismo justo sería este otro: imaginemos que unos españoles se dedican a secuestrar norteafricanos musulmanes, que los traen a España, que los recluyen en una especie de campos de concentración (baños), que los obligan a trabajar en régimen de esclavitud, en espera de cobrar rescate por ellos, que los prisioneros mahometanos se reúne para sus ritos, que el imán de turno critica a los cristianos y que éstos no le hacen nada. ¡Qué ejemplo de tolerancia!
ResponderEliminarNo digas que “miras al otro lado”, hombre. Quienes miran de otra manera son los propietarios de estos blogs en los que pululas trayendo por los pelos tópicos bobos; tú miras con la mirada de la de la corrección política. No presumas de original e independiente, que eres lo más oficial del mundo. Suscribo el último comentario de balaverde.
Algo tendrá el agua cuando la maldicen, decía no sé quién era. Es curioso el nerviosismo que producen en algunos mis presuntas inepcias, tan tópicas y lamentables como al parecer son. Déjenlas estar, señores; si en efecto son tales como dicen (incluso pasando por los mares a mi pobre gato, como todos reconocidamente hidrófobo), se condenan solas: en el pecado llevo la penitencia. No carguen ustedes con ella, cogiéndose semejantes disgustos: es seguro que no lo merezco.
ResponderEliminarNo sé si se ha dado cuenta, pero en todas las cosas importantes, y prescindiendo de las referencias librescas con que suele adornarlo, su pensamiento es el mismo de Leire Pajín.
ResponderEliminar"Ambula, tibi donanto".
Vaya, hombre, ya hemos llegado a la fase de despertar compasión.
ResponderEliminarPues no, no me he dado cuenta de la supuesta coincidencia; conozco muy poco del pensamiento de la dicha señora. En realidad, tiendo a pensar, como Ortega, que (cito) "Nadie puede tener las mismas ideas que otro si, de verdad, tiene ideas... Cuando un pensamiento nos es común, corre gran riesgo de no ser una idea, sino todo lo contrario, un tópico".
ResponderEliminarYo he señalado en algún blog de los que frecuentan los lectores de éste mi desacuerdo con ciertas invenciones del independentismo catalán, con nombres y apellidos; he polemizado en algún otro con miembros del famoso 15-M, con los que tengo más de un desacuerdo... Son sólo ejemplos; no creo identificarme con ortodoxia ninguna, y desde luego no pertenezco a ningún partido.
En cambio, los habituales de por aquí me temo que se identifican del todo con la ortodoxia vaticana, que tiene sobre otras el defecto de ser cambiante (a pesar de sus pretensiones de "revelación" y "eternidad"). Un blog al que remite alguno de los dichos habituales, llamado "Ex orbe", no ahorra críticas al Vaticano II y sus, según el autor (que además, creo, es sacerdote) "terribles consecuencias". Está visto que el Espíritu Santo, quien según creo se supone inspira a los cardenales que eligen al Papa, debió tener cuando eligieron a Juan XXIII lo que, utilizando una expresión de Enrique García-Máiquez a propósito del apoyo que como senadora (creo) y articulista dio en su día Natalia Ginzburg a la despenalización del aborto en Italia, "un mal día".
En todo caso, yo he señalado aquí alguna de mis discrepancias con lo que, según algunos, es la ortodoxia izquierdista; señale quien lo desee las suyas respecto a la doctrina vaticana, y creeré que, efectivamente, no son sólo seguidores de esa ortodoxia, sino personas con ideas propias. (Aunque el que yo haya señalado alguna de las mías con respecto a la ortodoxia que parece atribuírseme, ya sé que no convencerá a mis contradictores; algo tan trivial como simples argumentos no les bajará de su burra. Ya lo dijo Emerson, aunque con mejor propósito: "arguments convince nobody". Visto lo cual, y en realidad, no sé bien para qué insisto; quien me reproche eso, me temo que tendrá razón).
¡Ofú!
ResponderEliminarEn fin; repasando mi última nota, temo haber dado una imagen algo beligerante, con la que no me identifico. Perdón. Nada tengo, como alguna vez lo he dicho ya, contra las convicciones católicas, o cristianas, que por el contrario admiro de veras. Más de una vez creo haber citado aquí a Dante, San Juan de la Cruz, Gerard Manley Hopkins o J. S. Bach como ejemplos de personas a las que admiro sin reservas, y gracias a las cuales este mundo es un lugar mejor para vivir. Mis discrepancias vienen sólo por el lado de quienes piensan que sus ideas cristianas debieran ser por obligación las de todo el mundo, y regir obligadamente la entera sociedad, como si en ella no hubiera tanta gente que, con toda legitimidad, tiene otras convicciones. Yo creo que lo de "al César -en mi interpretación, que ya era la de Dante, la sociedad civil- lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios", sigue siendo tan verdad como cuando se dijo. Practique quien lo desee (y lo hará, si de veras lo hace, con todo mi respeto y hasta admiración) sus propias creencias cristianas, pero deje que la sociedad civil se rija por principios que tengan en cuenta la libertad de cada uno para guiarse por sus propias convicciones, no obligadamente cristianas. Y (termino), respecto a mis escasas simpatías por el Vaticano, recordar aquí que Simone Weil tampoco las sentía especialmente. Yo no abogo por una sociedad no cristiana, ni siquiera menos cristiana; sólo por una sociedad en que haya sitio (y respeto) para todo aquel que lo merezca, sea o no católico, o cristiano. Eso es todo; y, en mi humilde (y acaso ingenua, ojalá no) opinión, no debiera irritar, o siquiera molestar, a nadie.
ResponderEliminarÁngel, siempre sorprendes. Qué ganas tengo de verte.
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