Son fotos de los emigrantes que se iban a América a finales de los cincuenta y principios de los sesenta desde los puertos de Coruña o Vigo.
Admira lo bien vestidos que van todos: gabardinas, vestidos, sombreros. Admira su serenidad y contención, su nobleza.
Son fotos que conmueven, aunque los protagonistas, ya digo, se mantienen en una nobilísima contención expresiva.
Y esta foto la puse aquí hace tiempo (oh, cinco años ya):
El título me dejó montándome películas (todas las fotos de esa exposición son para jugar -pero muy en serio- a las películas) sobre qué habría pasado con esos dos chavales que perdieron el barco en Coruña. Por suerte (¿por suerte?), explican en esta exposición que acabaron embarcando en Vigo.
También están las fotos de las tres ancianas con las banquetas o sillitas en las manos que vi ya en Capítulo O (y el autor del blog piensa que son las Parcas, y yo no digo que no; también me parece bien su hipótesis de que las llevasen como un recuerdo de sus hijos de pequeños).
Y las fotos de los que se quedan (aquí con los pañuelos extendidos, formando un cuadrado blanco):
El catálogo completo está disponible aquí.
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