Hasta le puse una fiesta: el domingo Gaudete. Ahora -como secundaria, pero también- pongo el domingo Laetare, es decir, hoy. Porque lo digo yo: no hay nada como hacerse un garito uno solo y convertirse en el dictador.
Y para este domingo nos preparaba un lectura de la misa de ayer (la víspera: la Aurora) de Oseas 6, 3:
Conozcamos, corramos al conocimiento de Yahveh: cierta como la aurora es su salida; vendrá a nosotros como la lluvia temprana, como la lluvia tardía que riega la tierra.Y podemos celebrarlo con
Nuevo día, de los inmensos Lole y Manuel. Me la pasó Rol, que a cambio pidió ser nombrado Director del Observatorio castellano-leonés de asuntos relacionados con la AA, cargo que graciosamente le concedo, porque soy un cacique y porque puedo.
Y, de regalo, un poema de José Jiménez Lozano (de La estación que gusta al cuco)
ROSA
La rosa nació en la madrugada,
entre los dedos rosados de la Aurora;
y, durante unos instante,
sólo hubo rosas en el mundo.
Felicidades, felicidades, pues.
ResponderEliminar"Así dijo y, al pronto, llegó Eos, la de trono de oro. Circe regresó a casa a través de la isla, y yo partí hacia la nave y apremié a mis compañeros para que embarcaran y soltaran amarras. Así que embarcaron con presteza y se sentaron sobre los bancos
ResponderEliminary, sentados en fila, batían el canoso mar con los remos".
Me la encontré hace poco: "la del trono de oro"... Supongo que ya la conoces, pero a mí me sorprendió. (la cita va estirada para llegar hasta "el canoso mar", que es otra preciosidad. Es el pasaje de las sirenas en la Odisea.)
Con caciques así da gusto.