martes, 15 de marzo de 2011

Con qué basta o la botella medio llena

Cielo vacío
y, sin embargo, bello.
¿Y si bastara?

José Cereijo, La amistad silenciosa de la luna, Pre-textos, Valencia, 2003, p. 27.

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PRESENCIA
El cielo sin estrellas.
la tierra sin matojos,
sin pájaros el aire
sin ríos, cisternas rotas,
y un silbo.
Mas no hay nadie.
"Deus absconditus".

José Jiménez Lozano, La estación que gusta al cuco, Pre-textos, Valencia, 2010, p. 157

2 comentarios:

  1. Basta con el silbo, Ángel. No es la misma botella.
    O sí, quién sabe. Los silbos son múltiples y variados, está el de los aires amorosos y quizá también el de los aires preguntones.
    Y si tienes el libro, que es una joya, fíjate en el siguiente:
    XXII
    ¿Es esa rosa
    tan sólo una pregunta,
    o una respuesta?

    O en esta maravilla:
    LII
    Pequeña charca
    empezando a ser luz
    en el crepúsculo.

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  2. Acabo de leer tanto la entrada de Ángel como la respuesta de Cristina. Gracias a ambos; sin duda mis haikus, como el autor, se habrán ruborizado, de verse así en público, y tan favorecidos. Y gracias en particular a Cristina; el segundo haiku que cita, el de la charca, fue un añadido de última hora para completar el número de 57 (mi año de nacimiento), y nunca tuve claro si se justificaba. Ahora me parece que quizá sí; y sospecho que es ella quien me enseña a leerlo con otros ojos. Gracias.

    José Cereijo

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