miércoles, 2 de febrero de 2011

Maldades del debate

Yo la retórica de floreo cada vez la detesto más. Creo que el motivo principal lo explica muy bien Knox* a partir de su experiencia en las sociedades de debate, en su época de universitario en Oxford:
Debo de haberme ganado la poco envidiable reputación de defensor de lo indefendible. Y eso, sobre todo en las reuniones de las sociedades más pequeñas; una vez, por falta de oradores, propuse y me opuse a la misma moción. Pero eso eran bagatelas; una consecuencia mucho más seria de ese continuo hablar ante públicos hambrientos de originalidad (llegué a hablar en tres reuniones distintas en una tarde) es el extraordinario disgusto por lo obvio que inocula a la mente. Al acercarte a un tema, aprendes a buscar enseguida el punto de novedad, original, excéntrico, no la verdad simple: puede que estés del lado correcto o en el equivocado, pero te dedicas a insister en las cuestiones periféricas.
I must have acquired an unenviable reputation for defending the indefensible. This, especially, at the meetings of the smaller societies; I have once, owing to a shortage of speakers, opened and opposed the same motion. But these were trivialities; a far more serious consequence of this continual talking before audiences greedy of originality (I have talked at three separate meetings in one evening) is the extraordinary distaste for the obvious with which it indoctrinates the mind. You learn, in approaching any subject, to search at once for the point that is new, original, eccentric, not for the plain truth: you may be in the right side or the wrong, but you are constantly insisting on the side issues.

*Ronald A. Knox, A Spiritual Aeneid, London, 1958 [orig. 1918], p. 50.

7 comentarios:

  1. Knox está haciendo referencia a los debates de la Oxford Union, institución de paso obligado para todo aquel que, entonces y ahora, quisiera participar en la vida parlamentaria (y gubernamental) británica. Es una escuela de retórica en la que lo importante es el modo, la forma, no el contenido (como indicas). Pero hay otros debates y otros congresos. No creo que los constitucionalistas americanos originales estuvieran muy a favor de este alejamiento de lo político concreto. Por cierto, todavía se habla con admiración de la capacidad oratoria en la Union de Boris Johnson, actual alcalde de Londres y gran rival de su contemporáneo en Eton el primer ministro Cameron.

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  2. Mr. Quaker: pues desafortunadamente se vuelve aplicable a otros contextos, blogs incluídos.
    Reuniones de amigos, debates universitarios, salas de profesores, parlamentos varios: vanitas vanitatis, omnia vanitas ...

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  3. Sí, yo iba por la línea de criticar los debates estériles y también ese tipo de preparación para la vida política y parlamentaria en el que se valora la capacidad de discutir por encima del deseo de buscar la verdad.
    Por cierto que leí en Londres algún artículo de Boris Johnson y me sorprendió lo jaimecampmany que era.

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  4. Es buenísimo, y de plena actualidad, aunque no sea precisamente por falta de oradores : "Una vez por falta de oradores, propuse y me opuse a la misma moción".
    Es el eterno enfrentamiento entre Sócrates, que también reivindicaba lo obvio, y los sofistas.
    Sofistas con escaño, sofistas expertos en técnicas de mercado, sofistas de las letras epatantes y espumosas...
    Hace poco uno de esos genios epatantes se largaba un comentario despectivo en un blog sobre quienes sólo dicen "obviedades", así, pavoneándose y con asco. Me hizo sentir tanto amor por las benditas obviedades que pensé que sería un buen propósito, hasta un buen programa de vida, dedicarla a la obviedad y no decir desde ese momento nada que no pudiera encabezarse con un "es obvio que", "obviamente"...
    Me ha encantado el texto, muchas gracias.

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  5. Interesantísimo.
    Y muy útil para hacer autocrítica.

    Un saludo.

    (¿Le he dicho ya lo que me sorprendió su descripción de Conde-Duque, Mabalot y de mí...?)

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  6. Pues no me lo había(s) dicho. Sólo espero que le (te) sorprendiera para bien.
    Sigo con mucho interés su (tu) blog.

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  7. Bueno, ni para bien ni para mal. Entendí que me vieses así, pero a la vez había características que nunca había oído atribuirme, y con las que jamás me habría identificado, a priori.
    Pensaba escribir sobre eso, en el blog. A lo mejor lo hago.

    Muchas gracias. Un abrazo.

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