lunes, 17 de mayo de 2010

Codex Sinaiticus

Un amigo me había pedido que le copiase el texto de un manuscrito en la Biblioteca Británica y entré, rellené mis datos en un ordenador, esperé un minuto, me atendieron, les enseñé mi carnet de profesor, me hicieron una foto con una máquina y me dieron el carnet un minuto después.
Ale, espero que lea esto algún burócrata español y tome nota: me estoy acordando ahora de la Biblioteca Nacional, donde te exigen un certificado de penales, la foto de primera comunión y sangre de foca para dejarte mirar de reojo un libro, no vaya a ser que lo muerdas.
O la pringosa Biblioteca de Clásicas de la Complutense, donde tuve que arrastrame por el suelo y hacer el canto de los ornitorrincos (¡y ya era profesor universitario, y de griego!) para que me dejasen entrar.
Pues en la British Library, dos minutos después de entrar tenía un carnet con mi foto y ya podía entrar donde me diese la gana y pedir lo que quisiera: esta es la diferencia, amigos y todo lo demás son boludeces, aunque se llamen PIB, IVA o IPC.
Y ya que estaba me acerqué a ver una exposición de libros. Y nada más entrar, me di de morros con el manuscrito de Beowulf; y al lado, el original de Alicia en el País de las maravillas. Y me hizo ilusión también el pequeñísimo escritorio de la enorme Jane Austen. Y la Biblia de Gutenberg. Y la Magna Charta.
Y con oles silenciosos que iba soltando para mi coleto iba de pasmo en pasmo. Y al poco ¡oh! el Codex Sinaiticus y el Codex Alexandrinus (junto al Codex Vaticanus, los dos códices más antiguos del Nuevo Testamento): ¡awesome! ¡amazing!

Y esto es el Codex Sinaiticus (y para verlo entero, aquí):

6 comentarios:

  1. Y qué tal llevas el inglés, lo digo por ser la primera vez que pisas un país angloparlante. Parece que te mueves sin problemas.

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  2. ¡Qué maravilla!
    Lo digo, en primer lugar, por las imágenes que nos traslada de la "British Library", pero también por la organización que comenta.
    ¡Tenemos tanto que aprender!

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  3. Totalmente de acuerdo con lo que dices de los controles zaristas de la Biblioteca Nacional en Madrid, donde se sacó de quicio el episodio del robo de los mapas para imponer un control de seguridad desmesurado y humillante para los investigadores a manos de una compañía de "seguridad" privada con cananas y pistolas.
    ¡Saludos a Londres!

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  4. Como diría alguno: "Macho, te lo estás pasando de muerte". Que siga así

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  5. No quisiera parecer aguafiestas; pero mi experiencia en la Biblioteca Nacional, donde el verano pasado estuve consultando diversos materiales para preparar la edición de un libro, no se parece en nada a la que aquí se describe. Tanto en Biblioteca como en Hemeroteca fui atendido con eficacia y prontitud suficiente, y de veras no tengo queja del trato recibido. Acaso la atención en la British sea efectivamente mejor; no la conozco. Pero desde luego, y en mi experiencia al menos, en la Nacional es buena.

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  6. Le aseguro que no soy sosopechosa de antibritánica ni nada parecido pero le leo y me reafirmo en la facilidad que han tenido siempre para quedarse con 'lo mejor de cada de casa', frisos del Partenón incluidos.
    Ho en vano Drake, el pirata, terminó convertido en Sir.

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