Pero en la celda de Zamarstynów, a pesar de aquel catolicismo de palios y catecismo aunque probablemente también gracias a él, la religión había conservado su más profundo sentido social y nacional. Igual que la religiosidad de la Contrarreforma eclosionó -en una época de desastres y miserías nacionales-, allí, en la miseria de la invasión blochevique, la religiosidad de mis compañeros de celda, sus silenciosos cánticos de mayo y sus plegarias colectivas me descubrieron una profundidad inesperada y una fuerza pétrea. Quid sum miser tunc dicturus? Quem patronum rogaturus? Había sólo una respuesta.
(En la Polonia oprimida de Stalin las cosas no fueron distintas. Si en vez de ritual y consuetudinario el catolicismo polaco hubiera sido pasacaliano, maritainiano, filosófico, si hubiese sido continuamente cuestionado para ser redescubierto, ¿habría podido ofrecer un apoyo tan fuerte a millones de personas en su lucha contra la opresión policiaco-espiritual y contra los subterfugios del diablo? Naturalmente el modo condicional aplicado al pasado siempre deja la cuestión abierta). (p. 1003)
viernes, 7 de mayo de 2010
Catolicismo de palios y catecismo
Y esto de Aleksander Wat:
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Revelador texto. La verdadera fe es fuerte, robusta, firme. ES la única certeza, y lo que une corazón y abeza.
ResponderEliminarPor lo pronto el "nacional-catolicismo" nos salvó de la "revolución nacional-sindicalista"
ResponderEliminarLa fe de los niños y el catecismo, la que se redescubre y acoge, pétrea como una casa, a los niños frágiles, desconcertados e inseguros de todas las Lubiankas del mundo.
ResponderEliminarGracias por el enlace al dies irae y por el "Liber scriptus proferetur,in quo totum continetur". Esa es la narración verdadera (cada loco con sus tema).