Antón me avisó de que había salido un libro* que me podía interesar. Y sí que me ha interesado, porque trata de la visión de la naturaleza entre el XIX y XX en España desde la Historia de la Ciencia.
Y además es un libro sereno, bien escrito, trabajado y nada maniqueo (a diferencia de los panfletos de Sánchez Ron).
Y me ha hecho gracia encontrarme en la p. 108 la frase racismo arbóreo, aplicada al modo de conservar árboles en España a finales del siglo XIX: cuenta que se evitaba vender a manos privadas bosques de pinos, hayas, robles y castaños, pero había más manga ancha con encinares, alcornocales, álamos y fresnos.
La historia de la ciencia también es historia del ser humano, como se ve: y bien vista, es muy ilustrativa.
Y ahora en Galicia los eucaliptos están mal vistos: racismo arbóreo, este sí.
*Santos Casado de Otaola, Naturaleza patria. Ciencia y sentimiento de la naturaleza en la España del regeneracionismo, Madrid, Marcial Pons, 2010
Eucaliptos go home! En serio, una lacra
ResponderEliminarEucaliptos go home...en serio, una lacra.
ResponderEliminarPero, ¿y los caramelos de eucalipto? ¿Y el dinero que se gana con ellos?
ResponderEliminarQuiero decir, el dinero que se gana talando eucaliptos cada cierto tiempo (no sé si se gana mucho con los caramelos de eucalipto)
ResponderEliminarEl eucalipto erosiona los suelos hasta esquilmarlos, es invasivo, reduce la biodiversidad, y la verdad, es un coñazo.
ResponderEliminarHemos reducido el paisaje a un monocultivo masivo del eucalipto. Y no vale tanto la pena, creo que son sobre 35- 40 euros la tonelada, y eso después de esperar años y años. son una risa los beneficios en comparación con los estragos y la degradación que producen. Pero a ver como le explicas eso a la gente, viendo cómo está todo de desfeito.
A parte son peligroso por los incendios y talas incontroladas (con maquinaria pesada que destroza dabondo). La ley que prohibe plantarlos a más de 100 metros de la vivienda, algo tan lógico, es muy reciente y pocos la cumplen...
Sólo hay que ver las pinturas de Llorens, por ejemplo, como era antes el paisaje gallego, con prado, monte, especies, etc Todavía hay zonas, por ejemplo Irixoa, donde quedan buenas granjas de leche y paisajes deliciosos. No entra el sol. Estamos en una caverna de eucaliptos. Creo que regular este asunto que ha alcanzado cotas bastante penosas sería un buen síntoma para Galicia...pero no lo harán.
Sin ánimo de adoctrinar, un saludo!
Yo iba más por la línea 'cultural': los eucaliptos, aparte de todos los problemas que dices, bien conocidos, tienen un plus de 'maldad' por foráneos.
ResponderEliminarY luego está lo del paisaje: yo prefiero otro tipo de árboles, pero a mí me explicó un biólogo que los eucaliptos se plantaron en buena parte en sitios que no tenían árboles. Pero el mito de la Galicia (de la España) cubierta de árboles es demasiado tenaz, porque entronca con una Edad de Oro primigenia.
Por ahí iba lo que quería decir. Y me resultó llamativo lo del racismo arbóreo porque a finales del XIX no valoraban tanto "encinares, alcornocales, álamos y fresnos", árboles bien prestigiosos ahora; en cambio, los pinos han bajado de categoría, por lo que se ve. Y en la cima continúan hayas, robles y castaños.
Jeje; ese biólogo debería haberte explicado también que esa (¿buena parte? Habría que ver el porcentaje real...) de las tierras desarboladas donde se plantaron los eucaliptos lo estaban porque antes en ellas había tierras de labor y pastizales ganaderos abandonados tras las desamortizaciones o durante las sucesivas oleadas emigratorias allende Pedrafita o el mar. Y antes (¿antes cuando? Pues en un antes progresivo de varios siglos que llega desde Mendizábal hasta Breogán) seguramente sí hubiera bosque en ellas. Partes además de la idea de que un terreno desarbolado es pero que otro boscoso, cuando son, sencillamente, diferentes; y mejores o peores según lo que en su momento consideremos (¡como si la conservación pudiese ser objetiva...!) que deberían ser.
ResponderEliminarMe alegro de que te gustase el libro; la verdad te lo recomendé, más que como una lectura agradable, como una de ésas "por las que hay que pasar", como los artículos infumables que tengo que tragarme para argumentar las historias que cuento). Ahora me has dado ganas de leerlo yo :-)
PD. Para foráneo el castaño; que como muchísimo llevará por aquí desde los romanos...
Antón, muy interesante eso de las zonas de pasto, que también son tierra, claro está.
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