domingo, 9 de agosto de 2009

Jože Plečnik

Mi descubrimiento de arquitectura en Praga (porque en el caso de Loos fue más bien la confirmación) fue Jože Plečnik, un esloveno discípulo de Otto Wagner, que luego descubrí que trabajó en el Palacio Real de Praga y su entorno (mañana hablamos de ello) y que construyó también en Viena y sobre todo en su Ljubliana natal.
Fuimos en metro por la línea A (parada Jiřího z Poděbrad) a ver la iglesia del Sagrado Corazón y allí estaba, con proporciones extrañas y un enorme reloj en la torre. Ese mismo día comprobamos que tenía un modelo muy cerca en la iglesia barroca de san Ignacio, pero con una evolución formal a algo nuevo y fascinante: el arquitecto había exacerbado las formas tradicionales y conseguido algo original. Una foto antigua (la iglesia es de 1928-32):



La iglesia forma una especie de cofre, con una pared de ladrillo de la que salen rectángulos de hormigón:
Foto de J. Curiel


(esta foto y la siguiente tomadas de aquí)

Pero lo más llamativo es la torre, con un reloj enorme:


Quizá se entienda mejor desde dentro:



Y el interior era muy acogedor, muy cálido, lo contrario del exterior. Había bolas que colgaban del techo (los altavoces) y el presbiterio estaba en un estilo neorománico-bizantino o no sé cómo llamarlo, pero atractivo:

Era como un refugio, una fortaleza, un espacio separado (que eso debe de ser -pienso- una iglesia), un preanuncio de otra realidad.

Y hay una página excelente dedicada a Plečnik, que merece la pena.

5 comentarios:

  1. pues no sé, yo no creo que una iglesia deba ser un 'refugio, una fortaleza, un espacio separado', porque precisamente de ahí le vienen muchos problemas a la susodicha...

    Ahora bien, la arquitectura del edificio, extrañamente bella y rara.

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  2. Mr. Jackson, quiero decir que una iglesia ha de ser un espacio en el que se marque la distancia respecto a lo exterior. No sé si generalizas 'una' iglesia con La Iglesia, pero el hecho es que en una iglesia se ha de sentir (pienso) una separación, un espacio especial: eso es lo sagrado, que debe estar marcado respecto a lo profano (que no tiene por qué ser malo, sólo distinto).

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  3. Extraña pero muy bonita, es verdad. Estoy de acuerdo contigo en que las iglesias deben invitar al silencio y evocar el Misterio.

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