Pero lo que sí que me gustó de Plečnik fue lo que pude ver de sus trabajos de remodelación de la zona del Castillo de Praga. Por ejemplo en esta foto antigua del jardin de arriba:
Y una reciente (de wikimedia):
O la del jardín de abajo, con esa pila extraña pero muy elegante (me parece):
(Fotos antiguas tomadas de aquí)
Ese mismo sitio es ahora, 70 años después, así (dos fotos mías):
Desde allí las vistas eran prodigiosas, el jardín quedaba sobrio, discreto y moderno y clásico a la vez, con árboles enormes, prados ingleses y una elegancia nueva que me gustó mucho.
Yo me puse a hacer fotos con el móvil, pero no me salieron muy allá, por ejemplo esta exquisita pérgola que se asomaba al barrio de Malá Strana (más fotos mías):
Yo me puse a hacer fotos con el móvil, pero no me salieron muy allá, por ejemplo esta exquisita pérgola que se asomaba al barrio de Malá Strana (más fotos mías):
Y qué clasicismo tan maduro, tan sereno, tan elegante (fotos mías):
Y las escaleras que unen el patio central de la Catedral con estos jardines son muy clásicas pero propias suyas: por eso algunos dicen que es postmoderno; todos los postmodernos de hecho parecen vulgares imitadores suyos:
Y de Plečnik más fotos de cosas suyas en Wikimedia. Y un artículo muy bueno en alemán.
Durante años se dijo "videre Praga et audire Arriaga". Y es que un jesuíta hispano aparece en las historias de filosofía checa como una e las figuras más notables.
ResponderEliminarCon más temeridad que valor me atreví hace unos años a hablar de Patocka a los discípulos vivos de Patocka. Era primavera y aproveché para hacer un largo recorrido por la ciudad y depositar un ramo de flores sobre la tumba del filósofo.