El jueves llegué por la tarde a Madrid, con tiempo justo para quedar con Carlos, que me iba a enseñar la nueva ordenación de la colección del Reina Sofía.
Fue un recorrido muy instructivo; en realidad hicimos una clase práctica de museología: el nuevo director (que viene del Macba) le ha dado su tono 'paredes blancas + hermetismo + sólo para muy iniciados' a la parte más contemporánea de la colección; a mí casi no me sonaba ninguno y gustarme no me gustaba ninguno tampoco.
Luego, en otras salas, había cosas interesantes: en torno al Guernica tenían carteles de la guerra, fotos, una maqueta del Pabellón de España en el 37, cosas buenas de tipografía: estaba interesante.
Por quedarme con algo del Museo, con la sala de fotógrafos españoles del medio siglo: Catalá Roca, Cualladó y algunos otros.
Y volvió a conmoverme la foto del niño miliciano de Capa:
Puestos a ponernos positivos, también estaba bien el afán por situar la colección española en un contexto más internacional. Menos bueno es ese criterio (ya lo tenían los antiguos griegos) de 'este fue el primero que', como si eso en arte fuera un plus.
Y salí un poco avergonzado de todas mis críticas al CGAC, viendo que no sé casi nada de arte contemporáneo, aunque no sé si con mucho propósito de enmendarme: no quiero leer a Deleuze/Derrida, lo que quiero es leer a Leon Bloy y con eso no voy a ninguna parte.
Carlos cuenta algo de esto en su blog (lo comenzamos a la vez).
Fue un recorrido muy instructivo; en realidad hicimos una clase práctica de museología: el nuevo director (que viene del Macba) le ha dado su tono 'paredes blancas + hermetismo + sólo para muy iniciados' a la parte más contemporánea de la colección; a mí casi no me sonaba ninguno y gustarme no me gustaba ninguno tampoco.
Luego, en otras salas, había cosas interesantes: en torno al Guernica tenían carteles de la guerra, fotos, una maqueta del Pabellón de España en el 37, cosas buenas de tipografía: estaba interesante.
Por quedarme con algo del Museo, con la sala de fotógrafos españoles del medio siglo: Catalá Roca, Cualladó y algunos otros.
Y volvió a conmoverme la foto del niño miliciano de Capa:
Puestos a ponernos positivos, también estaba bien el afán por situar la colección española en un contexto más internacional. Menos bueno es ese criterio (ya lo tenían los antiguos griegos) de 'este fue el primero que', como si eso en arte fuera un plus.
Y salí un poco avergonzado de todas mis críticas al CGAC, viendo que no sé casi nada de arte contemporáneo, aunque no sé si con mucho propósito de enmendarme: no quiero leer a Deleuze/Derrida, lo que quiero es leer a Leon Bloy y con eso no voy a ninguna parte.
Carlos cuenta algo de esto en su blog (lo comenzamos a la vez).
La verdad es que es muy dificil saber de arte contemporáneo, yo me estoy iniciando en la museología y es un tema que me apasiona (tengo una tendencia extraña a querer saber mucho de casi todo y no es posible) y desde mi incultura he de decir que de mis visitas al CGAC, pocas veces he salido realmente satisfecho!!!
ResponderEliminarUna visión algo parcial de ese museo, aunque es preferible quedarse con eso que con el mal sabor de las obras menores.
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