domingo, 12 de abril de 2009

Felices Pascuas

¡Pascha nostrum immolatus est Christus! Muchas felicidades a todos.
[Y madre mía, qué homilía de B16 ayer]


La imagen del Beato de Facundo, del siglo X, tomada de la entrada de la wikipedia.

Y siempre es una alegría derribar un tópico, especialmente si es sobre un punto central*; caí en la cuenta el otro día: la pretendida ausencia de representaciones de Cristo resucitado, en contraste con la profusión de cruces (para algunos, muestra de un cristianismo metido en miedos y sufrimientos, que no es consiciente del todo de la centralidad de la Resurrección) es puramente falsa. Aparte de que sí que las hay (y sin entrar en las del tema Noli me tangere, etc.), el Cristo resucitado es sobre todo el cordero triunfante que aparece en todo el arte cristiano.

Y ayer me llevé la sorpresa de encontrar además esto en la meditación del sábado Santo de Benedicto XVI:
De este modo, el sábado santo puede mostrarnos un aspecto de la piedad cristiana que, al correr de los siglos, quizá haya ido perdiendo fuerza. Cuando oramos mirando al crucifijo, vemos en él la mayoría de las veces una referencia a la pasión histórica del Señor sobre el Gólgota. Pero el origen de la devoción a la cruz es distinto: los cristianos oraban vueltos hacia oriente, indicando su esperanza de que Cristo, sol verdadero, aparecería sobre la historia; es decir, expresando su fe en la vuelta del Señor. La cruz está estrechamente ligada, al principio, con esta orientación de la oración, representa la insignia que será entregada al rey cuando llegue; en el crucifijo alcanza su punto culminante la oración.
Así, pues, para la cristiandad primitiva la cruz era, ante todo, signo de esperanza, no tanto vuelta al pasado cuanto proyección hacia el Señor que viene.
*Y cuando pueda documentar por fin que la frase esa de 'cantar es rezar dos veces' es estupidez que no es ni de coña de san Agustín, me llevaré también un alegrón.

13 comentarios:

  1. Mira; ultimamente me tenías preocupado, pero hoy te has lucido de verdad: un post de los de guardar; enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Felices Pascuas, Ángel.
    Y no dejes de tenernos al tanto cuando puedas desmontar lo del rezo doble y el canto, qué bueno.

    ResponderEliminar
  3. Qui cantat, bis orat. Ver Catecismo I.C., párrafo 1156, que reenvía a San Agustín, Enarratio in Psalmum 72,1.

    Es cierto que no es cita textual de San Agustín, pero es máxima que compendia su pensamiento:

    Qui enim cantat laudem, non solum laudat, sed etiam hilariter laudat: qui cantat laudem, non solum cantat, sed et amat eum quem cantat. In laude confitentis est praedicatio: in cantico amantis affectio.

    http://www.augustinus.it/latino/esposizioni_salmi/index2.htm

    ¡Feliz Pascua de Resurrección!

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Joaquín, por la información. Lo que me parece es que san Agustín nunca habría dicho algo de ese modo que al final resulta un poco pueril: parece como un binomio: rezar= 1; cantar= doble.
    Se entiende lo que se quiere decir, pero como se suele decir resulta que es un tópico de los gordos, habitualmente repetido (como el otro día en la Catedral, que lo tuve que sufrir) para obligar a cantar (mal) a la gente.
    Yo creo que cantar rezando vale muchísimo, igual que rezar sin más.
    Y hay veces (sobre todo en España, casi siempre) en que cantar vale como mínimo la mitad (salvo que la vergüenza ajena de oír los cantos en España valga doble).

    ResponderEliminar
  5. ¡¡¡Por fin alguien que piensa como yo!!! POrque yo sencillamente detesto ciertos cantos de iglesia, y no digo nada de los las que cantan, y si el prota es un cura con voz terrible ya ni te cuento... pero esto es faltar la la caridad, aunque no a la verdad.
    Me encantan los buenos coros, por qué no de guitarras, si son buenos, como el de Santa Vicenta María en Pamplona en mis años de tesis, aquello sí era alegría...

    ResponderEliminar
  6. Ángel, es curioso que ni el mismo CIC, en nota al pie, pueda dar referencia precisa del origen de esta máxima, quien canta reza dos veces. Es prueba de que no hay texto conocido que lo documente, aunque S. Agustín ha hablado mucho del canto litúrgico (a propósito de los Salmos, desde luego).

    La pesquisa podría ser rastrear la genealogía de esta atribución (¿qué autor le colgó a Agustín la frase, por primera vez?).

    Como toda frase acuñada, yendo a la fuente, se comprueba que es una simplificación alarmante de un pensamiento mucho más rico.

    ResponderEliminar
  7. Cómo eres; con lo que a ti te mola lo de "nacerdelagua..." :-D

    ResponderEliminar
  8. Genial, más de esto de la desmitificacíón de lo que es la representación de la cruz y no la resurrección cuando lo tengas...
    Gracias.

    ResponderEliminar
  9. Pues no es por nada, pero a los que tenemos que cantar en las misas de la catedral y no podemos ni siquiera, por ejemplo, bajar del triforio a comulgar, nos sirve de algún consuelo el pensar que el que canta reza dos veces, aunque solo sea para compensar...

    (Y es cierto, que a veces se oye cada cosa en la Catedral que no es ya para rezar, sino para pecar con alevosía). Y si no, véase el oficio de la noche del sábado...

    ResponderEliminar
  10. Yo estuve en la Catedral el Jueves Santo y acabé muy frustrado: oía las magníficas canciones del coro mal (muy lejos; que esté tan arriba no me parece buena solución) y en cambio oía al canónigo demasiado bien (fue el que dijo la frase mágica de 'cantar es rezar dos veces' y a continuación nos puso a ensayar una canción penosa). En resumen, un desastre. Por eso estaba quemado.
    Con estos precedentes, ya no quise volver, para no seguir pecando de pensamiento, pero un amigo me contó de los guitarreos del sábado: me dijo que fueron horribles e interminables.

    ResponderEliminar
  11. Cuando se canta mal da mucha pena, la verdad.

    Y en Castilla se suele cantar de horror, arrastrando las notas y haciendo los cánticos interminables. Siento decirlo pero es así.

    No en el País Vasco, por ejemplo, donde la gente suele entonar de bien a excelente.

    En cualquier caso es otra de las pruebas de la bondad divina, que Dios nuestro Señor nos nos manda un rayo justiciero de cada vez que se canta ¡fatal! Cuando nos lo merecíamos, la verdad.

    Feliz Pascua, Angel, y vaya imagen preciosa la de tu blog hoy (además del texto, por supuesto)

    ResponderEliminar
  12. Feliz Pascua.
    A mí también me ha encantado la homilía de B16.
    Y, por cierto, para cantos bien cantados, los de los católicos alemanes...

    ResponderEliminar
  13. Angel, muy buena (buenísima) tu disertación sobre la frasecita de marras de San Agustín. No puedo estar más de acuerdo, sobre todo, cuando nos obligan a los sufridos feligreses a escuchar las voces de un grupo esforzado de cantores de domingo, provistos de guitarras, panderos y demás parafernalia, canturreando (es un decir) aquello de "Juntos como hermanos", cuando no el "Santo, santo" a los acordes del "Help" de Jonh Lennon.
    Por favor, que no esgriman a San Agustín como un arma arrojadiza, frente a los que preferimos el saludable y elegante silencio.

    ResponderEliminar