Acabo de leer un artículo* sobre Trapiello en una revista científica, una muy agradable sorpresa por lo rara, porque los hispanistas suelen preferir a escritores o plomizos o más fáciles de manipular o simplemente malos o más relacionados con temas que están de moda en el mundo académico enloquecido que vivimos (feminismos, queer, postcolonial: palabras recurrentes en los índices de estas revistas).
Y me ha sabido a poco. Trata del relato del viaje a Cuba que publicó T. en Do fuir, casi una unidad temática (en algún volumen posterior el propio T. cuenta que pensó publicarlo como una obra independiente), analizada en relación con el referente real del viaje y la política cultural del momento. Es, pues, más un estudio de historia de la cultura (en concreto de 1995, en el declive de Felipe González) que un análisis literario, pero alguna clave da de por qué los diarios de Trapiello son un monumento de la literatura española contemporánea:
La originalidad de su obra surge del refinamiento y la buscada abstracción de lo referencial, conseguida mediante la difuminación de las coordenadas temporales generalmente muy marcadas en dicho género, la creación de un narrador que con su carácter y el tono de su voz dota de unidad a toda la longitud del texto, y su característica ocultación y disfrazamiento de la identidad real de un gran número de personajes mencionados.
De hecho, este artículo, que nos enseña los hechos con nombres y apellidos, muestra muy bien lo que los Diarios de Trapiello podrían ser en el terreno de lo escandaloso y no son, porque prefieren ser literatura de la grande.
*Gabriel Sánchez Espinosa, "El viaje a Cuba de Andrés Trapiello (1995): un testimonio de la política cultural española al final del periodo socialista", Bulletin of Spanish Studies 86.2 (2009), 253-269
Alta literatura escandalosa: los diarios de Elías Canetti. Personalmente, espero con paciente impaciencia a que pasen unos diez años y se publique la última parte de los mismos. Un saludín (Chema)
ResponderEliminarLa verdad es que no les he hincado aún nunca el diente a ninguno de los diarios de Trapiello, pero me van entrando ganas, y gran parte de la "culpa" la tiene este blog. A ver si me rompo una pierna o llega el verano.
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