domingo, 15 de febrero de 2009

Me posiciono

-Me suena mal lo de ultraconservador: prefiero teocon.

-Me hubiera gustado ser neocon, pero me quedé en teocon.

-Los temas católicos (los llamo católicos no porque sean patrimonio de los católicos o formen parte de la fe, sino porque ahora casi sólo los defienden los católicos: me refiero a cuestiones como el no absoluto al aborto, la defensa del matrimonio o el rechazo a la eutanasia) los defienden los católicos pero los defienden de farol: si un gobierno quiere aprobarlos lo hará y no pasará nada; bastará lanzar la consigna por las teles. Esto poniéndome pesimista, claro.

-No me muero por la unidad de España: sí que me fastidia la desigualdad entre españoles.

-Mejor teocon avergonzado que socialdemócrata satisfecho.

-Antes rojo -¡de los de antes, eh!- que nacionalista.

-No le veo ningún encanto al tradicionalismo: casposo.

-Tiendo a buscar justificaciones para Estados Unidos e Israel.

-Merkel y Sarkozy: dos tontos muy tontos.

11 comentarios:

  1. ¿Podrías ampliar la C? No la acabo de pillar.

    ResponderEliminar
  2. Lo que quiero decir es que está muy cruda la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte; ya sólo la defienden casi los católicos y, al menos en España, no tenemos ningún peso político: jugamos de farol porque queremos hacer ver que somos más o que importamos más. Es una reflexión muy melancólica, como ves.

    ResponderEliminar
  3. ¿Cómo que Sarkozy es tonto...? Es lo único en lo que no estoy deacuerdo. DEbe ser que soy mujer: ¡me muero por Sarkozy!

    ResponderEliminar
  4. De acuerdo en casi todo, con dos importantes divergencias.

    La primera: la unidad de España deriva directamente del amor a España, y éste se integra en el cuarto mandamiento. O sea, que es también un tema católico. No es tanto una cuestión de fachas/no fachas o cuanto de arraigo/desarraigo. El amor a la patria (Vatersland) es esencial para construir sobre algo, y no tiene nada que ver con el nacionalismo. (San) Juan Pablo II lo tenía muy claro.

    Y la segunda entronca con lo anterior: en cuanto limpies la caspa del tradicionalismo (que la tiene) verás más de lo mismo: el amor a los padres, a las mores maiorum, y el rechazo de la cronolatría. JMM lo trataba en su blog hace unos días. No en relación con esto, pero plenamente aplicable.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Dal, yo considero que la unidad de España es mejor que los reinos de taifas, por supuesto. Y hay una historia común y está el poema de d'Ors, pero el hecho es que no es algo que ahora mismo me vuelva loco de emoción, la unidad de España, me refiero. Me conformo con un estado de derecho que garantizase la justicia.
    Amo la tradición, pero las políticas tradicionalistas me rechinan. Y el hecho es que todos los nacionalismos en España vienen del tradicionalismo.
    Es todo muy complejo: yo sobre todo quería ponerme en contra, porque no veo claro qué puede haber por delante. Y tenemos elecciones en Galicia dentro de unos días y no lo veo nada claro qué es peor entre las pocas opciones que hay.

    ResponderEliminar
  7. Da gusto esta sinceridad valiente. Ole.

    ResponderEliminar
  8. Habría que hacer un pequeño esfuerzo por redefinir algunos términos. Por ejemplo, el tradicionalismo se suele asociar con la defensa empecinada de ciertas costumbres asociadas a ciertos privilegios de unos pocos. Yo lo entiendo más bien como la defensa razonada de las bases de una civilización muy antigua y esencialmente buena, aceptando los cambios necesarios en aras del bien común, que es el bien individual de todos y cada uno de sus miembros. En realidad, la palabra "tradición" es demasiado bonita (miradla desde el punto de vista etimológico) como para permitir que caiga en el saco de los terminachos vergonzantes. Yo, por lo menos, abogo por su rescate. Muy buen hilo, Ángel. Un abrazo (Chema)

    ResponderEliminar
  9. Me posiciono (casi) exactamente en los mismos términos que tú. Verónica

    ResponderEliminar
  10. Me llama mucho la atención la sentencia "TIENDO a buscar justificaciones para Estados Unidos e Israel" porque es algoque también me ocurre a mi. En cierto modo: en un debate extremo (en el que hay que decidir entre una posición u otra) mi idiosincrasia particular siempre se inclina hacia el lado conservador de las cosas; a veces sin ningún motivo lógico. Parece ser cuestión de personalidades: unos nacen esencialmente de izquierdas (caracter revolucionario) y otros nacen esencialmente de derechas (caracter coservador) Los avatares de la vida tan solo son adaptaciones a ese molde esencial, a esa pose vital frente a la Post-Modernidad que yace dentro de cada individuo

    Mi diferencia contigo es que ese "tender", en mi, no ocurre con los Estados Unidos. Me resulta una cultura acaparadora, que ahoga al mundo entero, agarrando a los hombres de todo el mundo mediante una cultura que todo el mundo puede entender facilmente (cultura de clase media) y; por este mismo motivo, una cultura pobre y primitiva.

    Si te gustan los aforismos de tipo personal (a mi si, y mucho) puedes echar un vistazo a los que he ideado y puesto en mi página

    Un Saludo

    ResponderEliminar
  11. Nunca lo diría mejor que Chema. Creo como él que el tradicionalismo merecería una reconsideración.
    Y en cuanto a su relación con los nacionalismos, la filosofía del tradicionalismo está en las antípodas, tanto de los nacionalismos que dieron lugar a las naciones modernas, como de los balkanizantes hoy al uso. La diferencia, una vez más, es la que separa al realismo del idealismo (y secuelas: desde el romanticismo a los totalitarismos), o, como dice Javier Travieso, el posicionamiento ante la Modernidad (que yo le quitaría el "post-", me parece que la brecha se abre antes).
    O.Wilde decía que nada más peligroso que ser muy moderno porque se corre el riesgo de quedarse rápidamente anticuado. Por eso el tradicionalismo no puede ser casposo (aunque algún tradicionalista te concedo que sí), porque nunca fue moderno.
    Quintaesencia de la modernidad, sin embargo, sí que son la conformación de la sociedad a la idea o al interés, la manipulación de la historia, la fundamentación de la identidad colectiva en el odio, las políticas de exclusión y marginación, la imposición de lenguas, la "normalización", los comisarios políticos, el adoctrinamiento escolar..., todo lo que entronca directamente los nacionalismos con los totalitarismos.

    ResponderEliminar