viernes, 27 de febrero de 2009

El abrazárboles (1 de 6)

Estos días en Montecelo, entre Miño y Betanzos, de cielo azul sin nubes, nos entretuvimos viendo cómo cortaban una hilera de eucaliptos centenarios. Uno se había caído sobre el jardín (camelios a rebosar, azaleas todavía sin flores, rosales en rama, araucarias, magnolios enormes y magnolios de flor, sin hojas y sólo con flores azuladas/rosas, y hasta limoneros y tuyas) y para evitar males mayores hubo que cortar los demás. Daba pena, pero no mucha, que son árboles foráneos. Y qué prodigio de eficacia los modernos leñadores con sus sierras mecánicas, tractores y grúas. Qué descansado ver trabajar a los trabajadores.
Veíamos caer eucaliptos centenarios y sólo me dio pena cuando se quedó el último, arriba, desmochado, a punto de caer por fin, donde quedarán ahora dos tilos y nos asomaremos y veremos la ría de Betanzos y Sada al fondo, y el puente del Pedrido debajo.

3 comentarios:

  1. ¿Has estado de retiro? ¿De qué va eso? Alguna vez me gustaría hacer alguno, no se si sería capaz de estar tanto tiempo sin música, ordenador, iPhone & Cía

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  2. Yo siempre he querido hacer uno, pero me pasa lo que al anónimo de arriba: creo que no sería capaz.

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  3. me encanta el post, me encantan los árboles y me encantan los retiros. Animo al anónimo a que lo haga. Y a Dedalus, también.

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