viernes, 12 de septiembre de 2008

Roman Ondák

Hay que decir, como un hecho y sin jactancia, que el arte de Eslovaquia en conjunto vale menos que el que uno puede ver en la provincia de Palencia (a donde tengo muchas ganas de volver, por cierto, despacio, un mes entero).
También tengo que añadir que los museos de Bratislava son los sitios en los que he podido disfrutar de los últimos efluvios de la era soviética: los guardianes policías, que me seguían -iba solo por las salas- en todo mi recorrido. Pero era hasta gracioso todo.
Dentro de eso, el arte contemporaneo que he visto allí era pésimo: cuánto me he lamentado de mis críticas al CGAC, que es la primera división de lo que en Bratislava es segunda regional. Le he cogido cariño al CGAC, no puedo negarlo, y cuando salgo fuera lo demás palidece (comparando con el MACBA, sin ir más lejos). Ahora en La voz de Galicia les ha dado por atacar a Manuel Olveira, ¡por el número de visitantes! (más aquí), pero su labor es muy meritoria en un terreno en el que prácticamente todo es basura.
Si tuviera que salvar algo de arte contemporáneo que vi allí, sólo rescataría a Roman Ondák, que tenía una obra en la Galería de la ciudad de Bratislava (museo bastante flojo); en concreto Sýta knižnica (que increíblemente significa Rica Biblioteca, enlace aquí; no me siento capaz de valorar si 'rica' -sýta- se refiere a comida o a dinero):



Son unos botes con etiquetas como de comida, pero con nombres de escritores famosos y sus obras. Una tontada, diréis, pero bueno, por lo menos estaba limpito.
Y vi otra obra suya con la misma idea (Sýtý stôl, -no sé que significa- de 1997) de la Galería Nacional Eslovaca (con una colección entre floja y muy floja, salvo algún destello en altares góticos, un gran relieve de una Natividad muy bonita de 1480 y un cuadro de Giulio Cesare Procaccini, al que no tenía el gusto de conocer). Es lo mismo, objetos con nombres de escritores, y filósofos:



En esa Galería se dejaba ver también el arte de principios del siglo XX, sobre todo los carteles, planos de edificios (ya hablaré de Emil Bellus) y similares: artes decorativas y diseño.
Busco ahora en google y resulta que el eslovaco Roman Ondák ¡hizo una exposición en la Tate Modern! Ya veis, tengo ojo clínico para el arte contemporáneo, lástima que ya no me guste.
Y descubro que otra 'obra' suya ya la puso hace un año el Café de Ocata:


4 comentarios:

  1. Buenísimo o de Derrida, Deleuze, Sartre... Pero discrepo! Non se pode comparar o MACBA como proxecto ao CGAC, en parte pola continuidade e respecto co que contou Borja-Villel en Barcelona. Da un vistazo ás exposicións, a toda as interesantes actividades que as rodean (a inspirada polas teses de Guilbaut é un exemplo excepcional), aos ponentes no master que está vinculado a este museo e á colección -todo isto pódese ver na súa web-. Ao longo deste tempo o MACBA, un museo de tamaño mediano cun presuposto moitísimo menor que o Reina Sofía, conseguiu sen ningunha dúbida o espazo de referencia no estado español. Mentras o CGAC foi perdendo paulatinamente peso ante o novo contexto do noroeste peninsular (MARCO, MUSAC, Laboral, etc...).

    ResponderEliminar
  2. Bueno, don Isaac, yo estuve en el MACBA hace cuatro años y nunca me he aburrido tanto: era, dentro del arte contemporáneo, la colección más plomiza y sosa que habían podido reunir: todo blanco, minimal, soso, tostón y malo.
    Y he visto que tienen ahora a Nancy Spero, que ya estuvo en el CGAC hace años (no me dijo mucho entonces y no me diría nada ahora).
    Está claro que el CGAC ha perdido glamour, pero a nivel de exposiciones está igual (igual de arriba o igual de abajo) que los demás: y la próxima exposición en el MUSAC, pues Salvador Cidrás, que ya estoy aburrido de verlo en el CGAC.
    Nada, todo al final es marketing y comunicación audiovisual.

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente, non todo é marketing nin comunicación audiovisual. E o MACBA e o envés ao museo espectáculo. Un espazo que acadou un prestixio internacional grazas á súa boa xestión. E aí está como exemplo de testumuño dunha época a excepcional
    "Sota la bomba. El jazz de la guerra d’imatges transatlàntica. 1946-1956". Unha mostra integral, que contou cunha gran cantidade de actividades paralelas moi interesantes.

    Sobre os novos espazos do noroeste, tamén discrepo, pero iso daría para un post bastante longo. Un saúdo.

    ResponderEliminar
  4. está bajando la guardia eh...

    Mi sensación es que el CGAC va dando tumbos y se está quedando atrás. No sabe que quiere ser de mayor.

    Un saludo.

    ResponderEliminar