Nitra no está lejos de Bratislava y su mayor interés es que es el lugar en el que san Cirilo y san Metodio establecieron el centro de su predicación a los eslavos en el año 863. Había una ciudadela en lo alto y nos entretuvimos contando parejas de novios que iban allí a hacerse fotos: ¡12! (¡doce!) en esas dos horas que estuvimos por allí: no deben de tenerle tanto miedo como en España al sacramento. Pero sobre bodas mañana, con el relato de Trnava.
La catedral estaba patas arriba, con excavaciones que seguro que serán muy importantes para la historia de Eslovaquia y del cristianismo, pero que nos dejaron a dos velas, sin poder ver qué reliquias de san Cirilo había allí, donde un príncipe eslavo, Pribina, mandó hacer una iglesia el año 828.
Y de Nitra poco más: ciudad pequeña y con pretensiones, con edificios modernistas provincianos y una sinagoga muy interesante, hecha en 1910 en estilo neo y que ahora es un museo, habida cuenta de que a prácticamente todos los judíos de Eslovaquia los mataron. Había una exposición: estrellas amarillas, el jabón del campo de trabajo, las fotos de hombres con sombrero y mujeres de faldas amplias mirando a las cámaras.
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