Yo soy muy partidario del tema bodas (salvo para mí) así que las que he visto en Eslovaquia me han alegrado lo indecible; además, estos días he caído más en la cuenta de esta frase que cita san Josemaría:
Los novios estaban en el umbral y el cura fue a buscarlos y después de varias bendiciones (hay bendiciones múltiples, se santiguan repetidamente, incensan repetidamente: no le tienen miedo a la repetición los cristianos de rito oriental) los llevó a la mitad de la iglesia y sin anestesia les puso los anillos él, después de hacerles la señal de la Cruz con ellos. De allí a los asientos de delante, donde les hizo una pregunta a la que contestaron Ano (que ya dije que era Sí) y entonces se metió el cura por la puerta central (la Puerta Real, reservada al clero) y allí, mirando hacia Oriente) le pidió (supongo) a Dios por los novios, con múltiples peticiones a las que el coro respondía con aquel maravilloso Panie smiloisa y también luego con Kyrie eleison (que es lo mismo en griego, como es bien sabido).
Y luego les puso una corona a cada uno y todo el resto de la ceremonia estuvieron con ella, supongo por lo de san Pablo del misterio grande del matrimonio, lo digo en Cristo y la iglesia. Y les cogió de la mano y dieron tres vueltas despacio, entre los cantos del coro.
Salieron y todos los asistentes les dieron el ramo de flores que cada uno llevaba.
¿Qué son los sacramentos huellas de la Encarnación del Verbo, como afirmaron los antiguos sino la más clara manifestación de este camino, que Dios ha elegido para santificarnos y llevarnos al Cielo? ¿No veis que cada sacramento es el amor de Dios, con toda su fuerza creadora y redentora, que se nos da sirviéndose de medios materiales?y lo uní con unos versos que me gustan mucho de Enrique García-Máiquez, que muestran bien esa unión de lo material con Dios en los sacramentos:
Dios firma su obraAsí que estaba especialmente bien preparado para asistir el último día en Bratislava a una boda en la Catedral católica de rito oriental en la que el coro de mi amigo se superó si cabe, especialmente con esos Panie smiloisa (o algo así; significa Señor ten piedad) que repiten muchas veces en la liturgia, pero con incontables y maravillosas variaciones aquel día de la boda.
de un trazo tembloroso
cuando me besas.
Los novios estaban en el umbral y el cura fue a buscarlos y después de varias bendiciones (hay bendiciones múltiples, se santiguan repetidamente, incensan repetidamente: no le tienen miedo a la repetición los cristianos de rito oriental) los llevó a la mitad de la iglesia y sin anestesia les puso los anillos él, después de hacerles la señal de la Cruz con ellos. De allí a los asientos de delante, donde les hizo una pregunta a la que contestaron Ano (que ya dije que era Sí) y entonces se metió el cura por la puerta central (la Puerta Real, reservada al clero) y allí, mirando hacia Oriente) le pidió (supongo) a Dios por los novios, con múltiples peticiones a las que el coro respondía con aquel maravilloso Panie smiloisa y también luego con Kyrie eleison (que es lo mismo en griego, como es bien sabido).
Y luego les puso una corona a cada uno y todo el resto de la ceremonia estuvieron con ella, supongo por lo de san Pablo del misterio grande del matrimonio, lo digo en Cristo y la iglesia. Y les cogió de la mano y dieron tres vueltas despacio, entre los cantos del coro.
Salieron y todos los asistentes les dieron el ramo de flores que cada uno llevaba.
Muchas gracias por la cita, por la lectura honda y por la estupenda compañía.
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