martes, 12 de agosto de 2008

En Bratislava

Desde Viena en autobús: cruzamos la frontera que durante cincuenta años fue el telón de acero y alli no había nadie, ni para saludar.
La fuerza del Danubio: un pato intentaba remontar la corriente y casi no podía. Bien lejos del mar, pero tuvimos que ver otra vez gaviotas.
La planta que tenemos en el jardín al lado de las rosas, que no me acuerdo del nombre, aquí están ya llenas de bolitas naranjas.
El primer día rezamos el Angelus a una imagen que luego descubrí que era de Santa Isabel de Hungría (que nació aquí).
Sensación inédita de no entender ni patata en las librerías, como los analfabetos: entré en una y sólo entendía nombres: Patricia Cornwellová, Mary Higgins Clarková.
En la casa, libros de los años cincuenta, muy bien editados. Y entre tanto libro que no entiendo, oh sorpresa, la primera edición -preciosa- de Out of Africa de Isak Dinesen, me refiero a la primera edición mundial (busqué luego en Abebooks y vale diez dólares).
Un fotógrafo puede hacer en esta ciudad grandes fotos. A mí me gustaría recoger el diseño 'soviético', por ejemplo la Facultad de Arquitectura que está enfrente es bien soviética pero me gusta.

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