Fin de semana de música: ha empezado Via Stellae, un ciclo de conciertos (en Santiago sobre todo, y alguno en provincias) que estuvo muy bien el año pasado y que promete mucho este; y hay que agradecérselo a la Xunta, que no lo van a hacer todo mal.
El viernes pude oír al Monteverdi Choir en San Martín Pinario, aunque sólo la primera parte del concierto; que cantaban como los ángeles ya lo sabía por el Requiem de Campra del año pasado, pero es que esta vez los tenía a un metro y era fascinante ver cómo cantaban a la vez. Y diréis: pero este es idiota y yo digo: ¡eran unas voces tan perfectas y cantaban con tal armonía! Las voces eran una corriente, no notas cantadas, no sé cómo explicarlo.
La escenificación fue curiosa: empezaron en el coro alto -no se les veía, pero vaya cómo se les oía- luego bajaron al coro de detrás -el barroco extremo del presbiterio permite eso y más- y ya en la tercera canción aparecieron:
Lo que más me gustó fue dos canciones en alemán: Übers Gebirg Maria geht, de Johannes Eccard y Aus meiner Sünden Tiefe de Orlando di Lasso. En el programa traducían la primera canción con Atravesando os outeiros vai María, que así suena a panxoliña pedestre -y la reflexión sociolingüística se la regalo a quien quiera-, pero que en alemán era una maravilla.
Y ayer un concierto express, el de Gravissimo, un cuarteto de contrabajos, esta vez no en la iglesia, sino en uno de los claustros de san Martín Pinario. En el programa explicaban que era raro eso de un cuarteto de contrabajos, que había poco repertorio, pero lo bueno de los conciertos express es que duran media hora, así que te puedes arriesgar. Y estuvo bien, aunque lo primero que tocaron, un arreglo de Cuadros de una exposición de Mussorgski, sonó bastante mal. Tampoco me gustó Smoke on the water, de Deep Purple (¡esos complejos de los de música clásica con el rock! y casi siempre con un gusto pésimo en música moderna, que yo no me lo explico, que les preguntas a músicos que tocan maravillas y resulta que les gusta La oreja de van Gogh o Blink 182 o Deep Purple, y nunca citan, no sé, a Neil Young). En cambio una composición de uno de los del cuarteto, Grata galerudo (busco en google y veo que se puede bajar aquí y que tiene algo que ver con Argentina), era bonita, igual que Campanera, un pasodoble precioso. Lo cual me permite establecer una ley: una mala canción lo es en cualquier versión -por ejemplo Smoke on the water-, una buena soporta hasta las malas versiones.
Y la gente de Gravissimo parecía muy buena gente. El más bajito tocaba como intentando encaramarse al contrabajo, que le podía siempre, tan altón; había otro con unas impresionantes curras y luego una chica y otro algo regordete. Se veía que tenían amigos allí, que les jalearon como corresponde. En resumen, estupendo concierto, con el ruido de la fuente al fondo.
El viernes pude oír al Monteverdi Choir en San Martín Pinario, aunque sólo la primera parte del concierto; que cantaban como los ángeles ya lo sabía por el Requiem de Campra del año pasado, pero es que esta vez los tenía a un metro y era fascinante ver cómo cantaban a la vez. Y diréis: pero este es idiota y yo digo: ¡eran unas voces tan perfectas y cantaban con tal armonía! Las voces eran una corriente, no notas cantadas, no sé cómo explicarlo.
La escenificación fue curiosa: empezaron en el coro alto -no se les veía, pero vaya cómo se les oía- luego bajaron al coro de detrás -el barroco extremo del presbiterio permite eso y más- y ya en la tercera canción aparecieron:
Lo que más me gustó fue dos canciones en alemán: Übers Gebirg Maria geht, de Johannes Eccard y Aus meiner Sünden Tiefe de Orlando di Lasso. En el programa traducían la primera canción con Atravesando os outeiros vai María, que así suena a panxoliña pedestre -y la reflexión sociolingüística se la regalo a quien quiera-, pero que en alemán era una maravilla.
Y ayer un concierto express, el de Gravissimo, un cuarteto de contrabajos, esta vez no en la iglesia, sino en uno de los claustros de san Martín Pinario. En el programa explicaban que era raro eso de un cuarteto de contrabajos, que había poco repertorio, pero lo bueno de los conciertos express es que duran media hora, así que te puedes arriesgar. Y estuvo bien, aunque lo primero que tocaron, un arreglo de Cuadros de una exposición de Mussorgski, sonó bastante mal. Tampoco me gustó Smoke on the water, de Deep Purple (¡esos complejos de los de música clásica con el rock! y casi siempre con un gusto pésimo en música moderna, que yo no me lo explico, que les preguntas a músicos que tocan maravillas y resulta que les gusta La oreja de van Gogh o Blink 182 o Deep Purple, y nunca citan, no sé, a Neil Young). En cambio una composición de uno de los del cuarteto, Grata galerudo (busco en google y veo que se puede bajar aquí y que tiene algo que ver con Argentina), era bonita, igual que Campanera, un pasodoble precioso. Lo cual me permite establecer una ley: una mala canción lo es en cualquier versión -por ejemplo Smoke on the water-, una buena soporta hasta las malas versiones.
Y la gente de Gravissimo parecía muy buena gente. El más bajito tocaba como intentando encaramarse al contrabajo, que le podía siempre, tan altón; había otro con unas impresionantes curras y luego una chica y otro algo regordete. Se veía que tenían amigos allí, que les jalearon como corresponde. En resumen, estupendo concierto, con el ruido de la fuente al fondo.
Smoke on the water es y será siempre una magnífica canción.¿Pasa algo?
ResponderEliminarTeniendo en cuenta que la canción Übers Gebirg... habla del camino que hizo María para visitar a Isabel, y que San Lucas dice " y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá" la traducción sí que parece un poco pedestre. Más que traducción es una adaptación medioambiental. Cada uno con su indiosincrasia, que se dice, lo mismo que en Alemania hasta las panxoliñas son montañeras. Uno de los villancicos más bonitos, después del Stille Nacht, natürlich, es "Auf dem Berge da wehet der Wind, da wiegt die Maria ihr Kind..." y allí está la Virgen, en lo alto de la montaña, meciendo a su Niño con la mano heladita, y San José que no puede ayudarla porque se le han quedado los dedos agarrotados...
ResponderEliminarPor cierto ¿qué son "unas impresionantes curras"?
Las curras son unas patillas muy pobladas, típicas de los que tocaban rockabilly.
ResponderEliminarLo último que hubiera pensado. Pensé si serían unas botas, o unas manos muy grandes. Carroza que es una.
ResponderEliminarAgradecida.
Hola, soy el "algo regordete" miembro del cuarteto Gravissimo, mi nombre es Simón y me gutaría invitarte a escuchar la versión de mi obra "Grata galerudo" en versión de cuarteto de violonchelos estrenada por el cuarteto de violonchelos Chellicia en Enero de 2009 dentro del ciclo de música de cámara de la Real Filharmonía de Galicia.
ResponderEliminarUn saludo.
www.myspace.com/simongarciacb
otras curiosidaes sobre mis trabajo en http://lapandillabassurilla.blogspot.com/
Vaya, Simón, gracias por pasarte por aquí. Ahora mismo estoy en Praga, con lo que me voy a perder casi todo el Via Stellae (pude estar los dos primeros días, luego me vine), y también, por desgracia, a vosotros.
ResponderEliminarSaludos de otro regordete, con mi admiración y con deseos de oíros en otro momento propicio