miércoles, 30 de julio de 2008

San Josemaría desanimado

[Otra entrada que estaba ya cerca de cumplir un año en borrador. Era un texto de una homilía de san Josemaría que oímos en el viaje a Logroño. Siempre me había impresionado, pero quizá más esa vez]

Un día un amigo de buen corazón, pero que no tenía fe, me dijo, mientras señalaba un mapamundi: mire, de norte a sur, y de este o oeste. ¿Qué quieres que mire?, le pregunté. Su respuesta fue: el fracaso de Cristo. Tantos siglos, procurando meter en la vida de los hombres su doctrina, y vea los resultados. Me llené, en un primer momento, de tristeza: es un gran dolor, en efecto, considerar que son muchos los que aún no conocen al Señor y que, entre los que le conocen, son muchos también los que viven como si no lo conocieran.

Pero esa sensación duró sólo un instante, para dejar paso al amor y al agradecimiento, porque Jesús ha querido hacer a cada hombre cooperador libre de su obra redentora. No ha fracasado: su doctrina y su vida están fecundando continuamente el mundo. La redención, por El realizada, es suficiente y sobreabundante.

5 comentarios:

  1. No andaba desencaminado el hombre. La cosa está en considerar que los cristianos son la sal del mundo. Y en un guiso, no todo es sal, ¿verdad?

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  2. No he entendido el segundo párrafo...

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  3. A mí también me costó entender el texto las primeras veces: en realidad es un misterio, claro, el don de la libertad del hombre y el poder de Cristo de puede atraer a todos los hombres, pero sometido a que el hombre quiera quererle.

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  4. La realidad también es que el reino de los cielos no figura en el mapa mundi.

    Está (aunque en forma no plena aún) en miles de santos desconocidos y acciones que no vemos.

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  5. Y otra verdad es que Jesús no vino a hacer desaparecer las cruces si no a llevarla con nosotros.
    Entonces su doctrina sí reina en el mundo cada vez que alguien padece el mal por amor.

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