Ya puse hace tiempo
fotos suyas de Semana Santa, pero no me aguanto las ganas de poner otra del Corpus Christi (
merecen todas la pena). Es la iglesia de los dominicos de Oxford (
y tienen un blog muy interesante).
¡Y el Sol Oriens que inunda la capilla de luz!
¡Qué luz!
ResponderEliminarSencillamente, ESPECTACULARES.
ResponderEliminar¡Cómo te agradezco esta entrada! Recuerdo las veces que acudí a la iglesia de los Blackfriars.
ResponderEliminarCiertamente Oxford en general tiene algo de mágico. El centro de edificios y calles tan antiguas. Son antiguas pero están totalmente vivas. Los meadows, Rose Lane, rodeándolos.
La luz es especial, precisamente por su escasez. Yo echaba en falta la claridad abierta del Mediterráneo, deslumbrante. Pero, claro, a cambio se valora cada rastro de luz.
No dejes esta línea editorial.
me ha recordado al Monasterio de Cañas, con las vidrieras de alabastro y el Cristo medieval lleno de luz.
ResponderEliminarMaravillosa la segunda foto. La mezcla de la luz y el incienso. La luz que baja, el incienso que sube. O cómo se buscan Dios y los hombres.
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