lunes, 17 de marzo de 2008

Ser esperado

Mi proyecto de resumen de la encíclica Spe salvi quedó en eso, en proyecto. Sólo salió una frase que me ha venido acompañando desde entonces y que complemento con un texto bíblico siguiendo la sugerencia de CB de poner un para qué:
La virtud de la esperanza es saber que Dios nos está esperando ansioso [para enjugar las lágrimas de nuestros ojos].
Hoy en Zenit traducen un discurso de B16, con el párrafo al final que ya vi en inglés en Video meliora:
Los prisioneros de guerra que estuvieron en Rusia durante diez años o más, expuestos al frío y al hambre, después de volver dijeron: "Pude sobrevivir porque sabía que me esperaban. Sabía que había personas que me esperaban, sabía que yo era necesario y esperado". Este amor que los esperaba fue la medicina eficaz de la vida contra todos los males.
La homilía es impresionantemente buena. En estos tres párrafos explica muy bien qué es el hombre y el sentido de la vida:
[El hombre] es un ser que conoce. Desde luego, también los animales conocen, pero sólo las cosas que les interesan para su vida biológica. El conocimiento del hombre va más allá; quiere conocerlo todo, toda la realidad, la realidad en su totalidad; quiere saber qué es su ser y qué es el mundo. Tiene sed de conocimiento del infinito; quiere llegar a la fuente de la vida; quiere beber de esta fuente, encontrar la vida misma.
Así hemos tocado una segunda dimensión: el hombre no es sólo un ser que conoce; también vive en relación de amistad, de amor. Además de la dimensión del conocimiento de la verdad y del ser, existe, inseparable de esta, la dimensión de la relación, del amor. Y aquí el hombre se acerca más a la fuente de la vida, de la que quiere beber para tener la vida en abundancia, para tener la vida misma.
(...) "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10). Vida en abundancia no es, como algunos piensan, consumir todo, tener todo, poder hacer todo lo que se quiera. En ese caso viviríamos para las cosas muertas, viviríamos para la muerte. Vida en abundancia es estar en comunión con la verdadera vida, con el amor infinito.

3 comentarios:

  1. Por favor, no me avergüences, el resumen era perfecto y lo contenía todo. Digo muchas tonterías por no decir simplemente "Gracias". De lo perfectísimo que era me di cuenta poco a poco: lo que hay en ese "saber" ("nos da ya ahora algo de la realidad esperada", dice la Spe Salvi), y lo que hay en ese "nos está esperando ansioso" (lo que explica hoy en el maravilloso párrafo que nos traes: "sabía que yo era necesario y esperado").
    "Necesario", fíjate, qué colmo de delicadeza; y "ansioso", qué colmo de debilidad en la omnipotencia.
    Muchas gracias por aquel resumen perfecto, por "la medicina eficaz de la vida" y por el complemento bíblico, tan bien escogido.

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  2. Estoy con CB, el resumen que haces de la SPE SALVI es atinadísimo. Permíteme entresacar otro párrafo luminoso:

    "Sólo la gran esperanza-certeza de que, a pesar de todas las frustraciones, mi vida personal y la historia en su conjunto están custodiadas por el poder indestructible del Amor y que, gracias al cual, tienen para él sentido e importancia, sólo una esperanza así puede en ese caso dar todavía ánimo para actuar y continuar" (n.35).

    Y en otro lugar:

    "Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme (...), Él puede ayudarme". (n. 32).

    Esta encíclica se presenta como antídoto contra los males de nuestro tiempo. (Lo pensé cuando vi la reciente y magnífica "Leones por corderos" de Robert Redford, cuyo estreno coincidió en el tiempo con la aparición de SPE SALVI).

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  3. Con comentaristas así me dan ganas de hacer entradas mínimas, un pelín provocativas para animaros a decir ¡tan bien! lo que decís.
    Pero mi grafomanía, qué.

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