El viernes, de paseo con profesores de fuera, los llevé por el camino francés hacia atrás, desde el Obradoiro hasta Bonaval: me gusta enseñarle a la gente la escalera de tres líneas y la iglesia; el parque nos quedamos sin verlo porque se nos echó la noche encima.
En la cena, dilucidamos el posible significado de féridos, palabra que aparece en una infamante estrofa del Himno Gallego, al que se dedicaba una exposición/orgía en la iglesia de Bonaval. Entrabas y había un panel de cristal sobre el que se iba sobreimpresionando el himno, en un fondo de agua fluyente -por decirlo con la misma pedantería que la instalación-; en el suelo césped y hojas, toda la iglesia bañada de luz azul. La cosa llegaba al delirio en la tumba de Rosalía: había puesto un personaje (¿Veiga / Pondal?) de cartón piedra que le dirigía un ramo de flores. En la tumba de Castelao se había creado una escenografía de luz tamizada también azul.
Ayer, de paseo con Jaime hasta Santiago de Chile (La Calle) y vuelta, pasamos por el campus Sur: ciruelos en flor, Japón en Santiago.
Esta mañana, un rato de paseo, por los mismos motivos que la portera lalaicista (el término es de Antón); veo en tres minutos la exposición de Yannis Kounellis, y me sobran dos: arte povera y bla, bla, bla, pero una mierda en conjunto, aunque dé prestigio daquela maneira a la Fundación CaixaGalicia, que es quien pone el dinero, o mejor dicho lo tira, mientras los tontos aplauden: mexan por nos e temos que dicir que chove.
En la cena, dilucidamos el posible significado de féridos, palabra que aparece en una infamante estrofa del Himno Gallego, al que se dedicaba una exposición/orgía en la iglesia de Bonaval. Entrabas y había un panel de cristal sobre el que se iba sobreimpresionando el himno, en un fondo de agua fluyente -por decirlo con la misma pedantería que la instalación-; en el suelo césped y hojas, toda la iglesia bañada de luz azul. La cosa llegaba al delirio en la tumba de Rosalía: había puesto un personaje (¿Veiga / Pondal?) de cartón piedra que le dirigía un ramo de flores. En la tumba de Castelao se había creado una escenografía de luz tamizada también azul.
Ayer, de paseo con Jaime hasta Santiago de Chile (La Calle) y vuelta, pasamos por el campus Sur: ciruelos en flor, Japón en Santiago.
Esta mañana, un rato de paseo, por los mismos motivos que la portera lalaicista (el término es de Antón); veo en tres minutos la exposición de Yannis Kounellis, y me sobran dos: arte povera y bla, bla, bla, pero una mierda en conjunto, aunque dé prestigio daquela maneira a la Fundación CaixaGalicia, que es quien pone el dinero, o mejor dicho lo tira, mientras los tontos aplauden: mexan por nos e temos que dicir que chove.
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