Ayer, en La cosa en sí, de Andrés Trapiello (p. 59), este texto de Unamuno, de la Vida de don Quijote y Sancho:
El lector echará de ver, de seguro, que escribo estas líneas bajo un apretón de desaliento. Y así es. Es ya de noche, he hablado esta tarde en público, y aún se me revuelven en el oído tristemente los aplausos. Y oigo también los reproches, y me digo ¿tienen razón? Tienen razón: fue un número de feria; tienen razón, me estoy convirtiendo en un cómico, en un histrión, en un profesional de la palabra. Y ya hasta mi sinceridad, esta sinceridad de que he alardeado tanto, se me va convirtiendo en tópico de retórica. ¿No sería mejor que me recogiese en casa una temporada y callase y esperara? Pero ¿es esto hacedero? ¿Podré resistir mañana? ¿No es acaso una cobardía desertar? ¿No hago algún bien a alguien con mi palabra aunque ella me desaliente y apesadumbre?
Estoy ansioso como un perro de Paulov esperando La Mania que en varios sitios estaba anunciada para febrero pero en Pre-textos aun no la tienen anunciada.Lo mismo para aguantar la espera me compro Do fuir que no compre en su tiempo y ahora esta en bolsillo en destino.
ResponderEliminarJosea.
Escribir... bloguear...
ResponderEliminarQué bien refleja el sentimiento del bloguero a veces este texto...