En la plaza de La Redonda de Logroño un cartel con el dato de que allí se rodó Calle mayor, de Bardem, una gran película.
[Fotos tomadas de aquí; ahí me entero de que los exteriores los rodaron en Cuenca]
Encuentro en Logroño los Poemas de provincia de Andrés González-Blanco, en edición de Andrés Trapiello. El prólogo es muy bueno, como todos los que escribe T. Habla de un género, la 'poesía de provincias', cuyo mejor antecedente sería Leopardi; yo me acordé del poemita de Machado.
González-Blanco es el género llevado a la caricatura, con poemas que vuelven siempre a lo mismo: los conventos, las novenas donde él ve a una muchacha ingenua de la que se enamora, pero que al final pierde, porque ella se hace monja, o porque simplemente no le hace caso. La muchacha toca al piano música que no pega en ese ambiente provinciano: óperas o valses que le producen al autor añoranza de los lugares donde esa música sí que pega. También aparecen mucho las estaciones de tren, muy deprimentes. Y esto es lo que hay, pero los poemas tienen encanto.
De González-Blanco no sabía nada; descubro algunos datos aquí. En la edición ponen una foto suya vestido de seminarista (lo fue de los 11 a los 18 años). Los poemas, como no podía ser de otro modo, los escribe en Madrid, casi con nostalgia de esa ciudad de provincia que desprecia, como la desprecian todos los que siguen esa línea: ahí está Galdós en su primera época (doña Perfecta), hasta que descubrió que Madrid era una ciudad manchega y que eso estaba bien, cuando hace la grandiosa serie de las Novelas contemporáneas; no se lo perdonaron nunca: de ahí el insulto de Valle-Inclán de don Benito el Garbancero. En esa línea estaba también Clarín (tanto en La Regenta como en Su único hijo), pero que no salió nunca -curiosamente- de Oviedo.
Es como el género bucólico: lo crean los que ya no viven en la provincia (o quieren escapar de ella) para renegar del ambiente opresivo, aunque curiosamente hay a veces un tono de elegía. En España la negra provincia se asocia (como se ve en Calle mayor) con el oscurantismo clerical. Como Madrid tampoco da la talla -hemos quedado en que era una ciudad manchega-, el ideal es Barcelona, hasta que se descubre que todo era fachada y que es una ciudad que se cae a pedazos y que es lo más provinciano que uno se puede encontrar en España.
Al final, la solución es trasladar el ideal a Paris o Londres (sin las alcobas malolientes ni el olor a curry) y rezar a la diosa Razón para que san Zapatero nos traiga la luz del diálogo.
Un poema de González-Blanco como ejemplo (p. 171):
Piano provincial detrás de su balcón.Suena un vals ideal: Cuando el amor se muere...El piano lo pulsa la gentil Asunción,una rubia elegante y linda que me quiere...Es el trémulo vals el que mi amor prefierepara las sacrosantas horas de la emoción.Es un vals vengativo, que me manda que espere,para rasgar el cándido velo de la ilusión...Vals que enseña a no amar con ansia prematura,que dice la tristeza de una rupturay las melancolías de los amores rotos...En la calle empedrada tintinea la lluvia.Y al balcón en penumbra sale la gentil rubia,quizá pensando en novios imposibles o ignotos.
Y yo, en la negra provincia, disfrutando de Pimentel, Vighi y similares, cuando debería estar leyendo la Encyclopédie, todo iluminado por la electricidad. Hasta que me acuerdo de Jiménez Lozano, cuya vida y actitud me recuerda que lo importante no es el dónde, sino el cómo o el para qué y que todo lo demás es secundario y ganas de hacer caricaturas.
Qué preciosa entrada. De las más redondas que te he leído, y muy consoladora.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Enrique. ¡Te ha salido una entrada maravillosa! Enhorabuena. Y las fotos magníficas, también.
ResponderEliminarA mayor abundamiento, mirad lo que dice El País:
ResponderEliminar"Así, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, considera que la afirmación hecha ayer por Rajoy [diciendo que el cambio climático es menos de lo que dicen] es un comentario como de "casino provinciano del siglo XIX", aunque, por otra parte, "es Rajoy en estado puro"."
La derecha anclada en el casino de provincias, interesante (y podéis comparar con 'Tío Atilano' de d'Ors).
Calle Mayor se quiso rodar en Palencia, pero no fue posible porque Bardem era un rojo, o al menos eso dice la leyenda local.
ResponderEliminarSobre poesía de provincia, os recomiendo "Capital de provincia", de José María Fernández Nieto, un gran poeta desconocido.
La obra en la que está basada "Calle Mayor" está precisamente ambientada en Madrid y hecha por un hijo de Madrid (al menos adoptivo y militante). Pero sí, ambas son magistrales y terribles, cada una en su estilo.
ResponderEliminarPor cierto, ¿algo en contra del balti curry?
A propósito de todo esto de la literatura "provinciana", recuerdo lo mucho que me gustó en su día "Entre visillos" de Carmen Martín Gaite (ambientada en su Salamanca natal), que inteligentemente rompe con el tópico del "ambiente opresivo" que comentas, y trasciende a mi entender el género.
ResponderEliminarY con lo de Barcelona, ten cuidado: a lo peor te sale un séquito de detractores, como sucedió con México...
Felicidades, lindo post.
ResponderEliminarGracias.