domingo, 12 de agosto de 2007

En Valladolid (IV)

Con dos de mis hermanas el viernes. Comimos en el Jero una comida para recordar. ¡Qué pinchos! Mezclas extrañas, por ejemplo anchoas y manzana asada. No, no era una comida a lo bruto,para salir de mal año, no, no era de esas de ponerse ciego de morcillas, mollejas y rabo de toro: eso se los dejo a los nacionalistas del terruño, esos que piensan que es inmoral comer algo medianamente elaborado o que no sea de la vaca de su tía Virginia. Esos que se quejan de que no salga la comida por los bordes del plato. A mí dadme una comida innovadora, no racial, mezclada. Y ya puesto a ofender a los puristas del nacionalismo gastronómico, ahí va eso:


¡Viva McDonald's!




Hacía tiempo que quería ponerlo, así que me he quedado muy ancho. McDonalds no tiene nada que ver con el Jero, pero bueno, me he acordado.


Bien; de arte, el convento de santa Catalina de Sena: un crucifijo de Juan de Juni muy bonito. Pero es que Valladolid es arte del mejor a quintales: patios como el del edificio de la Diputación, donde nació Felipe II.Tiene una ventana renacentista muy famosa:


Otro patio: el del Archivo de Castilla y León, antiguo palacio que yo conocí derrumbado. Qué patios, Dios mío. La antigua plaza de toros, como una corrala octogonal:



Para que no todo fuera bueno nos topamos con la incompetencia en la iglesia de san Pablo. Están restaurando la fachada y la Junta de Castilla y León y Cajamadrid han montado un sistema para verla sentados en una especie de ascensor: una oportunidad única de ver la fachada a todo lo largo y a un metro. Bien, vamos por la mañana: por la tarde habrá plazas. Vamos a las seis, desafiando el calor: está lleno, a las seis y media hay un grupo que lo ha reservado; a las siete y cuarto. Si vienen a las siete y cinco tendrán entradas. Mi hermana mayor se acercó a las menos cinco: ya no había entradas. Nos quejamos: como antes, un chico dice que son unos mandados, que no es culpa suya, que no, que si queremos hacer una reclamación. Mi hermana mayor y yo presentamos una, en lo que se puede comprobar nuestro espíritu irremediablemente ilustrado. Mi hermana pequeña, que es funcionaria y sabe de qué va la cosa ni se molesta. Yo pongo en la reclamación que lo voy a escribir en este blog: y aquí lo tenéis.

ACTUALIZACIÓN: me escribieron para pedir disculpas los de la restauración de la fachada de la Iglesia de san Pablo. Otro día fui, sin decir nada, con un amigo: era bonito ver la fachada a un metro, desde el ascensor. Mereció la pena. Os lo recomiendo.

1 comentario:

  1. Bueno, lo que te voy a contar no tiene que ver con Valladolid sino con el arte de la reclamación.
    Finales de julio, 38-40 grados en la linea Linares (Jaen)-Sevilla. El Tren Rápido de RENFE (año 1990) lleno, es un tren con aire acondicionado en que las ventanillas son fijas. El calor o lo que sea provoca que el sistema de aire acondicionado se estropee y hacemos tres cuartos del camino encerrados entre cristales sudando la gota gorda. Quejas, lamentos, insultos a Renfe, etc. Agobiante al máximo.
    Llegamos a la estación, no sé ¿tal vez cien pasajeros sudorosos y cabreados? Bueno, sólo yo presente la reclamación por lo sufrido, unas semanas después me devolvían parte del importe del billete (que luego nunca fui a recoger).
    A Renfe le salió barata la avería, nadie reclama, nos gusta quejarnos y criticar, mucho menos hacer algo útil para que las cosas mejoren.
    Era eso lo que quería contar.
    Por otra parte, envidia de visitar Valladolid.

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