Otro patio: el del Archivo de Castilla y León, antiguo palacio que yo conocí derrumbado. Qué patios, Dios mío. La antigua plaza de toros, como una corrala octogonal:
Para que no todo fuera bueno nos topamos con la incompetencia en la iglesia de san Pablo. Están restaurando la fachada y la Junta de Castilla y León y Cajamadrid han montado un sistema para verla sentados en una especie de ascensor: una oportunidad única de ver la fachada a todo lo largo y a un metro. Bien, vamos por la mañana: por la tarde habrá plazas. Vamos a las seis, desafiando el calor: está lleno, a las seis y media hay un grupo que lo ha reservado; a las siete y cuarto. Si vienen a las siete y cinco tendrán entradas. Mi hermana mayor se acercó a las menos cinco: ya no había entradas. Nos quejamos: como antes, un chico dice que son unos mandados, que no es culpa suya, que no, que si queremos hacer una reclamación. Mi hermana mayor y yo presentamos una, en lo que se puede comprobar nuestro espíritu irremediablemente ilustrado. Mi hermana pequeña, que es funcionaria y sabe de qué va la cosa ni se molesta. Yo pongo en la reclamación que lo voy a escribir en este blog: y aquí lo tenéis.
ACTUALIZACIÓN: me escribieron para pedir disculpas los de la restauración de la fachada de la Iglesia de san Pablo. Otro día fui, sin decir nada, con un amigo: era bonito ver la fachada a un metro, desde el ascensor. Mereció la pena. Os lo recomiendo.
Bueno, lo que te voy a contar no tiene que ver con Valladolid sino con el arte de la reclamación.
ResponderEliminarFinales de julio, 38-40 grados en la linea Linares (Jaen)-Sevilla. El Tren Rápido de RENFE (año 1990) lleno, es un tren con aire acondicionado en que las ventanillas son fijas. El calor o lo que sea provoca que el sistema de aire acondicionado se estropee y hacemos tres cuartos del camino encerrados entre cristales sudando la gota gorda. Quejas, lamentos, insultos a Renfe, etc. Agobiante al máximo.
Llegamos a la estación, no sé ¿tal vez cien pasajeros sudorosos y cabreados? Bueno, sólo yo presente la reclamación por lo sufrido, unas semanas después me devolvían parte del importe del billete (que luego nunca fui a recoger).
A Renfe le salió barata la avería, nadie reclama, nos gusta quejarnos y criticar, mucho menos hacer algo útil para que las cosas mejoren.
Era eso lo que quería contar.
Por otra parte, envidia de visitar Valladolid.