jueves, 29 de marzo de 2007

De vuelta a Vitoria (I)

El domingo mi madre me contaba del funeral de mi tía Agustina en el pueblo y me dijo que le hubiera gustado que yo hubiese estado para que lo contase aquí, porque debió de ser muy emotivo y porque hacía un día precioso.
Con un elogio así (bien que de la propia madre de uno), se tienen grandes ánimos para embarcarse en contar por menudo estos tres días de viaje a Vitoria.
Como estoy sin tiroides (y desde hace unos días sin la pastilla que produce la hormona) me vi obligado a ir en tren, no fuera a darme un yuyu al volante (exagero, pero me vino bien, a la vuelta estaba cansado).
La última vez que había ido en medios públicos fue hace cinco años. Diréis (dirá alguno): ¡mira qué insolidario, con el calentamiento global que hay! Y yo redarguyo: De Santiago a Burgos ocho horas de reloj, y ¡cuatro horas de Santiago al límite con Castilla (desde Coruña serían cinco)! en el único tren que hace el recorrido de la (llamémosla así, sólo con propósitos descriptivos) España norte. Autobuses: sólo uno por la noche.
¿Queredes saber cal é o feito diferencial galego? Ben fácil: é la comunidade autónoma/rexión/nación/nazón (marque o que proceda) con máis coches nas rúas por habitante.
Galicia: eso que está tan lejos.
Pero el viaje en tren fue muy agradable: reflexiones regeneracionistas sobre Galicia, el paisaje de las márgenes del río Sil, la inmensa hermosura de la meseta en Palencia y Burgos, el último volumen de Trapiello (maravillosa segunda parte).

2 comentarios:

  1. Hice hace unos años el recorrido contrario también en tren y tengo un recuerdo como de tiempo detenido, algo así como embarcarse en el Transiberiano. Al final del viaje, en ese Colegio Mayor en el que vives, nos trataron estupendamente. Y Santiago me atrapó. A ver cuándo vuelvo a coger ese tren.

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  2. Me he divertido mucho... Tengo un tío en Vigo y 'para ir a La Rioja (donde está mi abuela) es toda una odisea... AVE ya!

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